El órgano 'apadrinó' otro récord del euro, que ayer llegó hasta los 1,4348 dólaresmadrid. Van un alemán, un francés, un italiano, un inglés, un canadiense, un estadounidense y un japonés… y son los dos últimos los que imponen su ley. No es un chiste. Es la realidad que envuelve al G-7, el foro que agrupa a los responsables económicos y los banqueros centrales de las siete grandes potencias del mundo. En la reunión mantenida durante este fin de semana en Washington, este órgano multilateral ha constatado que, por el momento, resulta imposible adoptar una postura común que permita reajustar la inestable situación por la que transita el mercado de divisas. En la capital norteamericana, el G-7 apenas ha logrado dar continuidad al acuerdo de mínimos que viene imponiéndose en las últimas citas. Se ha limitado a reiterar en su comunicado oficial que "los tipos de cambio deberían reflejar los fundamentales económicos", que "la excesiva volatilidad" del valor de las divisas "no es deseable" y que China debería "permitir una acelerada apreciación" de su moneda, el yuan. En resumen, unas afirmaciones muy similares a las que vienen expresando en los cuatro últimos años. Y, sobre todo, unas ideas que obviaron cualquier alusión directa a la debilidad del dólar y que no presionaron explícitamente a Japón para que permita una mayor subida del yen, con lo que ambos países lograron imponer su criterio al conjunto del grupo. Panorama confusoEntre los expertos, la sensación que dejó la reunión es clara. "No hay nada nuevo. El G-7 no se ha mojado. Sólo ha mencionado al yuan, pero no ha dicho nada directamente sobre el euro, el dólar o el yen japonés", afirma Pablo Guijarro, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Pero esta quietud, por sí sola, ya dice mucho. Aunque sea por omisión. Y así lo interpretó el mercado, que entendió que a los países más poderosos del mundo no les inquieta demasiado la debilidad del dólar. Como consecuencia, la divisa norteamericana marcó ayer otro mínimo histórico frente al euro, que llegó hasta los 1,4348 dólares -ver información adjunta-. Los operadores del mercado también dedujeron que el comentario relativo a la necesidad de que las monedas reflejen la situación económica iba por el yen. Y esto, al igual que en anteriores encuentros del G-7, desembocó en una importante subida de la divisa nipona. Ayer, escaló hasta los 113,2 yenes por dólar, su cambio más alto desde el 10 de septiembre. En ese momento, el yen se apreciaba más de un 1 por ciento. Pero no fue más allá. Como sostiene José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, " Japón no quiere ni hablar del tema de dejar subir el yen", y este interés se notó a lo largo del día, ya que por la tarde la moneda japonesa retrocedió hasta los 114,3 yenes. En cuanto al yuan chino, apenas respondió al llamamiento del G-7. Sólo se revalorizó un 0,02 por ciento frente al dólar, hasta los 7,508 yuanes. Eso sí, en 2007 acumula una subida del 3,8 por ciento frente al billete verde, que supone su mayor avance anual desde que las autoridades concedieron cierto margen de ascensión a su divisa en julio de 2005. Ahora bien, esta evolución no responde a las presiones del G-7, sino al propio interés del gigante asiático. "China sí puede dejar subir con fuerza su divisa, porque será un antídoto contra la inflación", argumenta José Carlos Díez.