A finales de mayo, aún sin indicios de una cercana corrección global, operábamos con éxito en el valor al abandonar el barco en cuanto se complicaban las cosas de verdad. La operativa conseguía en torno a un 10 por ciento de rentabilidad, que es lo que hay que arriesgar situando un stop bajo 7,5 ó 7,1 euros, según su agresividad, para retomar un valor que me sigue gustando en el largo plazo. Con nuevos máximos crecientes, parece haberse vuelto en "v" desde una zona de soporte clave a medio plazo. Pensar en los 9/10 euros, recuperando terreno a muy corto plazo, no es descabellado.