Los gestores de productos monetarios se movilizan para proteger sus carterasLONDRES. Los fondos estadounidenses del mercado monetario han recortado drásticamente sus operaciones con el sector de servicios financieros de la zona euro ante los temores de que la crisis de la deuda soberana pueda infectar el sistema bancario de su región. David Glocke, director de fondos tributables del mercado monetario en Vanguard Group, asegura que el fondo de primas de 109.000 millones de dólares de su compañía no está expuesto directamente a bancos de países como Alemania, Francia, Italia y España tras un ajuste de la estrategia el año pasado. "Nuestros inversores esperan que seamos conservadores y que nos retiremos cuando surjan problemas graves en el mercado", explica. Está seguro de que otros competidores han recortado también sus compromisos en la región del euro. "Estamos muy pendientes y, en cuanto mejoren las condiciones, reconsideraremos nuestra postura actual". Esa evolución, identificada como un riesgo por el informe de estabilidad financiera del Banco de Inglaterra el mes pasado, se produjo cuando el euro se situó en mínimos de cuatro meses contra el dólar, a 1,29 dólares, y las acciones cayeron por toda Europa. Los bancos franceses y alemanes, en particular, poseen importantes compromisos en Grecia, Irlanda, Portugal y España, con 410.200 y 512.700 millones de euros respectivamente según los datos del Banco Internacional de Pagos (BIS, en sus siglas en inglés), que les podrían volver vulnerables si la crisis crece fuera de control. ¿Presiones para Lisboa? Se cree que Lisboa está siendo presionada por los grandes países de la zona euro para que se una a Grecia e Irlanda y recurra al fondo de rescate de la región. Estas expectativas se trasladaron con intensidad al mercado la semana pasada, en la que el rendimiento de los bonos portugueses a 10 años llegó a superar el 7 por ciento, el nivel más alto de la historia. La tregua posterior, auspiciada por las compras de deuda por parte del Banco Central Europeo, relajó esos rendimientos y propició que el Tesoro luso sacara adelante la emisión de bonos a un precio incluso inferior al desembolsado en noviembre. Pese a este respiro, las entidades siguen haciendo cálculos. Barclays Capital publicó un informe sobre cómo apuntalar la maltrecha zona euro en el que sugería, entre otras posibilidades, que el fondo de crisis de 440.000 millones de euros necesita un empujón "sustancioso" para adaptarse al potencial de futuros rescates. BarCap también decía que el coste para Grecia e Irlanda de la ayuda oficial actual debería reducirse y los estados miembros deberían establecer organismos independientes de vigilancia del presupuesto parecidos a la oficina británica de responsabilidad de presupuestos. Añadía que la disolución total de la zona euro es una situación tan desalentadora que no es una "solución plausible a las dificultades actuales". La preocupación en el sector americano del mercado monetario por la exposición a la deuda de los bancos de la zona euro refleja los temores de propagación del contagio de la moneda única. El coste de asegurar al gobierno francés contra el impago ya supera al de Panamá. Las cifras del Banco de Inglaterra sugieren que los fondos mutuos del mercado monetario americano estaban proporcionando 600.000 millones de dólares en financiación a los bancos europeos en octubre y 200.000 millones de dólares a las entidades británicas. Ofrecen garantías en lugar de ganancias generosas a los inversores, por lo que enseguida ponen pies en polvorosa cuando hay problemas. Toby Nangle, director de asignación de activos de Baring Asset Management, explica que "con la crisis de la deuda soberana en la zona euro creciendo en volumen cada día, hay muchas probabilidades de que los gestores de fondos del mercado monetario estadounidense resistan la tentación de volcar sus acciones a corto plazo en bancos europeos". Y añade: "Si eso ocurre, se abrirá un boquete en el sistema bancario que podría ser difícil de llenar con dinero privado". Nangle cree que eso podría empujar a más bancos a recurrir a la financiación del Banco Central Europeo. Glocke, de Vanguard, reconoce que ha seguido participando en programas de financiación de bancos en Gran Bretaña, Noruega y Suecia, y está expuesto a dos empresas de la zona euro (en Holanda y Luxemburgo). Explicó que no se ha retirado de los acuerdos de recompra de bancos de la zona euro con la participación de los tesoros estadounidenses pero sí ha evitado los certificados de depósito y el papel comercial.