Madrid. Parece que ni siquiera la crisis hipotecaria consigue parar la escalada del petróleo. Una de las pocas buenas noticias que llegaron con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria de EEUU fue que, al reducirse las previsiones sobre el crecimiento de la economía mundial, se podría contener la demanda de crudo y, por tanto, su precio. Después del máximo anual de 77,67 dólares, alcanzado el 19 de julio, el Brent -de referencia en Europa- bajó hasta los 68,7 dólares en agosto. Sin embargo, ni siquiera los huracanes financieros pueden con los tropicales, y el cambio meteorológico en México ha tenido más efecto sobre los precios que el posible cambio de ciclo en la economía. Desde finales de agosto, el Brent ha vuelto a cotizar por encima de los 70 dólares, y ayer un barril llegó a valer 75,7, aunque luego retrocedió por debajo de los 74. El mercado está muy pendiente de la evolución meteorológica en México, donde el paso de los huracanes ha obligado a paralizar la producción, aunque no ha afectado directamente a las instalaciones.