La institución británica también mantuvo ayer el precio del dinero, que sigue en el 5,75%madrid. Abrió el camino el Banco de Japón. Aunque se había especulado con la posibilidad de que la institución nipona aumentase los tipos de interés, del 0,5 al 0,75 por ciento, en la reunión que celebraba a finales de agosto, pospuso ese repunte en medio de los problemas que asediaban a los mercados de crédito. Y ayer no sólo fue el Banco Central Europeo (BCE) el que siguió sus pasos, sino que el Banco de Inglaterra (BoE, en sus siglas en inglés) también se sumó a la cruzada de aportar confianza al sistema financiero. La institución presidida por Mervyn King mantuvo los tipos en el 5,75 por ciento, nivel en el que están desde julio. De este modo, cumplió las previsiones. Pero las nuevas, ya que hasta el recrudecimiento de la crisis no se descartaba que el BoE acometiera un nuevo incremento del precio del dinero en septiembre. Incluso la institución había dejado entrever hace un mes que aún podrían ser necesarias más subidas. Finalmente, sin embargo, optó por no ser original y sumarse a la actitud prudente que están exhibiendo los principales bancos centrales del mundo. Curioso precedentePara reforzar la impresión de las excepcionales circunstancias actuales, la entidad británica adjuntó un comunicado oficial para explicar con más detalle la decisión, algo que no suele hacer. De hecho, no emitía una nota de estas características en una reunión en la que no movió los tipos desde 1999. En aquella ocasión... el BoE recortó los tipos en el mes siguiente. Por el momento, sin embargo, la entidad no quiere precipitarse. "Es demasiado pronto para decir hasta qué punto los problemas en los mercados financieros afectarán a la disponibilidad de crédito de las compañías y los hogares", señaló el BoE. Al mismo tiempo, rompió una lanza a favor de la economía británica, de la que aseguró que sigue creciendo a un ritmo "sostenido". De un modo similar al BCE, el Banco de Inglaterra tampoco perdió la oportunidad para afirmar que no se olvida de los precios. Pese a que la inflación se ha contenido con intensidad en Inglaterra, donde ha pasado del 3,1 por ciento registrado en marzo al 1,9 por ciento de julio, el BoE no las tiene todas consigo. "Los indicadores de presiones sobre los precios permanecen algo elevados", apuntó la institución. En la víspera de la reunión, el Banco de Inglaterra actuó por primera vez desde el estallido de la crisis al intervenir para reducir los intereses del mercado monetario, que habían repuntado a su nivel más elevado desde la crisis de 1998.