El Ibex 35 sufre su peor sesión desde el 16 de agosto, al caer un 2,4%, hasta los 14.240,1 puntosEl BCE reconoce que existen tensiones enlos mercados y se muestra listo para actuarmadrid. Las palabras de los bancos centrales cayeron ayer como un jarro de agua fría en los parqués. En vez de tranquilizar y calmar los ánimos, acentuaron las caídas de las bolsas a ambos lados del Atlántico, con descensos que superaron el 2 por ciento an algunas plazas. El primero en dejarse notar fue el BCE. En un comunicado, la institución aseguró que vigila de cerca la creciente volatilidad en los mercados monetarios y que se mantiene lista para actuar si fuera necesario. "De persistir esta situación, el BCE se mantiene preparado para contribuir a ordenar las condiciones en los mercados de la zona euro", señaló la entidad.Esto provocó una fuerte incertidumbre en todos los índices, sobre todo, porque el BCE tiene que decidir hoy si mantiene los tipos de interés o no en el 4 por ciento (ver página 19), un hecho impensable hace tan sólo un mes.'Libro Beige': "efecto limitado"Horas más tarde le tocó el turno al Banco de Inglaterra, que actuó por primera vez desde el estallido de la crisis crediticia. La entidad, que hoy podría dejar los tipos en el 5,75 por ciento, decidió aumentar las reservas que los bancos comerciales pueden tener en la entidad en un 6 por ciento, hasta 17.630 millones de libras -unos 26.500 millones de euros- para incrementar sus posibilidades de financiación.Por último, pero no menos importante, llegó la inyección de liquidez de la Reserva Federal por un importe de 8.500 millones de dólares (6.227 millones de euros), la décima vez que esta institución coloca dinero en el mercado desde el inicio de la crisis de las hipotecas basura. Con esta cuantía, la Fed ya ha puesto en Wall Street más de 70.000 millones de euros desde principios de agosto. Tras esta intervención, el Libro Beige, elaborado mensualmente por la Fed para pasar revista a la situación económica del país, recogió que la crisis financiera sufrida en agosto sólo ha tenido un impacto "limitado en la economía". Todas estas medidas, en vez de tranquilizar a los inversores, provocaron una mayor tensión en las plazas ante la posibilidad de que el impacto de esta crisis sea superior a lo esperado en un principio y afecte negativamente al crecimiento. Por si fuera poco para un día, a toda esta incertidumbre se unieron unos negativos datos económicos de Estados Unidos: la cifra de viviendas pendientes de venta sufrió su mayor deterioro desde 2001 y los despidos en el país se incrementaron un 85 por ciento en agosto, según la consultora Challenger.Con esta negativa situación sobre la mesa, ningún índice de Europa se salvó de la quema. El peor parado fue el español Ibex 35, que cayó un 2,4 por ciento, la sesión más negra desde el 16 de agosto, hasta los 14.240 puntos, arrastrado por las constructoras y los bancos. De esta forma, ya sólo sube un 0,66 por ciento desde principios de año. De cerca le siguieron el francés Cac 40, que bajó un 2,14 por ciento, hasta los 5.551,55 puntos, y el británico Ftse 100, que cedió un 1,66 por ciento, hasta los 6.270,70 puntos. Tampoco se respiró mejor ambiente en Wall Street, donde también mandaron las ventas. El Dow Jones retrocedió un 1,07 por ciento, hasta los 13.305,4 puntos