El varapalo argelino no es una gran sorpresa y su impacto sobre el futuro de Gas Natural y Repsol -ver página 10- será limitado. Éste es el resumen de lo que piensan los analistas sobre la rescisión unilateral, por parte de la empresa argelina Sonatrach, del contrato con las dos empresas españolas para la exploración, producción y comercialización de gas licuado en la localidad de Gassi Touil.Según los analistas de Beta Capital, la noticia "no es una gran sorpresa": ya se sabía que había "problemas" entre las empresas y que Argelia es un país con cierto riesgo, en el que "quien invierte tiene que saber qué puede pasar". Desde la firma apuntaron que la noticia tiene un efecto "mediático" por el significado del proyecto y, en cierto modo, un efecto "estratégico" por la pérdida de reservas de gas por parte de Repsol y Gas Natural. Pero al mismo tiempo lo sucedido tendrá un impacto económico muy pequeño en ambas empresas, porque la inversión no es muy grande -entre 250 y 400 millones entre las dos- y porque su efecto sobre la capitalización total de los grupos es escaso -un 0,5 por ciento de la capitalización de la gasista catalana-.Según Ahorro Corporación, la más perjudicada podría ser la petrolera española. Desde la firma de inversión de Sabadell, apuntaron que existe una "inflación de costes" en los proyectos de extracción de hidrocarburos. "Todos los proyectos se están encareciendo y Repsol tiene una gran cartera de proyectos de la misma magnitud" de Gassi Touil, indica. De hecho, advierten, uno de los "puntos débiles" de la petrolera es su dificultad para reemplazar sus reservas.Ayer, Gas Natural fue el valor más bajista del Ibex al caer un 2,02 por ciento, hasta 3,83 euros, mientras Repsol cerró en 26,34 euros, con un retroceso del 0,42 por ciento.