El segundo aniversario de la estafa se tiñe de rojo con el suicidio de Mark Madoff, uno de sus hijosnueva york. De nuevo, el nombre de los Madoff vuelve a salir a la palestra, justo cuando se cumplen dos años del mayor esquema de Ponzi nunca antes registrado, que los expertos valoraron en 65.000 millones de dólares. El pasado fin de semana se cumplía el plazo oficial impuesto para que el liquidador de las sociedades y bienes del fraudulento banquero pudiera presentar sus demandas en favor de las víctimas de Bernard- se calcula que su administrador judicial, Irving Picard, ha solicitado a bancos e inversores una cantidad superior a los 50.000 millones de dólares-. Sin embargo, esta noticia ha venido acompañada por una tragedia. Mark Madoff, el hijo mayor del gestor de fondos, decidió poner fin a su vida, después de no poder soportar el calvario vivido desde que el escándalo saliera a la luz pública. A sus 46 años, Mark envió una serie de correos electrónicos a su esposa, Stephanie Morgan, antes de que despuntara el alba el pasado sábado. En ellos, reconocía que estaba preparado para poner punto y final a una vida de privilegios que tocó fondo el pasado 11 de diciembre de 2008, cuando su padre fue arrestado y posteriormente condenado a 150 años de prisión. Según algunos de los extractos del mensaje filtrados a la prensa, Mark llegó a decir a su esposa que ésta tendría "una vida mejor si no estoy en ella… te quiero". "Nuestra familia estará mejor sin que yo tenga que pesar sobre ellos para siempre", añadió. Posteriormente y con su hijo Nicholas, de sólo dos años, durmiendo en una de las habitaciones contiguas de la vivienda de los Madoff en Mercer Street, en el Soho neoyorquino, Mark se dirigió al salón con una correa negra de su labrador, Grouper, que también merodeaba por el apartamento. Ataviado con unos pantalones caquis, un jersey azul y calcetines blancos, el primogénito de Bernard y Ruth Madoff procedió a atar la correa de Grouper a uno de los postes de acero de la vivienda y posteriormente se ahorcó. Mientras tanto, ironías de la vida, su esposa Stephanie, quien cambió su apellido cuando el escándalo de Madoff fue descubierto, se encontraba en Disney World con su hija de cuatro años. Al recibir el desesperado mensaje de su marido y llamarle al móvil sin obtener respuesta, su mujer optó por llamar a su padre y reconocido abogado, Martin London, quien descubrió el cuerpo sin vida de Mark alrededor de las 7.27 am del sábado. Bernard Madoff recibió la trágica noticia de la muerte de su hijo en la prisión de Carolina del Norte, donde cumple condena. Aunque Mark nunca fue acusado con ninguno de los crímenes orquestados por su padre, es cierto que en los mentideros del caso se especulaba con que tanto él como su hermano pequeño, Andrew, eran conocedores de las triquiñuelas de su progenitor. De hecho, ayer el Departamento de Policía de Nueva York incautó el teléfono móvil y el ordenador de Mark, como parte de los procedimientos convencionales para investigar un suicido. Por su parte, la Comisión de Mercados y Valores de EEUU (SEC), también intentan hacerse con dicho material. En un comunicado, Martin Flumenbaum, abogado de Mark, indicó que el su cliente había sido "una víctima inocente del monstruoso crimen de su padre, que finalmente sucumbió a dos años de falsas acusaciones". El alma gemela de Madoff Dadas las dramáticas circunstancias, los nuevos avances en la investigación del caso Madoff quedaron eclipsadas por el suicidio de Mark Madoff. Aún así, el liquidador de los bienes del gestor de fondos demandó el viernes, antes de vencerse el plazo de presentación de acusaciones, a la banquera austriaca Sonja Kohn, a la que exige el pago de 19.600 millones de dólares. "Durante más de 20 años, Kohn fue la cabeza pensante de un vasto esquema ilegal para explotar su relación privilegiada con Madoff, al que inyectó más de 9.100 millones de dólares de otras personas para seguir adelante con el esquema de Ponzi", reza la demanda. Además de la fundadora del Medici Bank, el documento menciona a otra docena de cómplices. A día de hoy y con el plazo ya cerrado, Picard busca recuperar más de 50.000 millones de dólares entre todas las demandas presentadas en el Tribunal de Bancarrotas de Nueva York. Hasta la fecha se estima que se han recuperado hasta 2.600 millones de dólares, gracias a acuerdos alcanzados con distintos fondos y otros individuos y entidades (entre las que se incluye el Banco Santander), que se repartirán entre las víctimas. La mayores reclamaciones pesan sobre Kohn y el Medici Bank, así como a UniCredit, y el Bank Austria a los que reclama un total de 19.600 millones de dólares. Además, el tesorero del caso Madoff reclama otros 9.000 millones de dólares al HSBC y sus fondos relacionados que alimentaron la trama en Europa, América del Sur y el Caribe.