Strauss-Kahn pide que los salvamentos den más recursos para reflotar bancosStrauss-Kahn pide que los salvamentos den más recursos para reflotar bancosStrauss-Kahn pide que los salvamentos den más recursos para reflotar bancosbruselas. Arreciaron ayer las presiones para que Alemania acepte mejorar -y corra como siempre con el grueso de la factura- los mecanismos para prevenir la quiebra de estados de Eurolandia: el grupo de 16 países que comparten el euro como moneda única, 17 a partir del próximo 1 de enero. Incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha sumado al coro de voces que reclama que la UE aumente los 750.000 millones de euros que engrosan su fondo para rescatar a países del euro en apuros. Pero Berlín se mantuvo enrocado y replicó con un no rotundo. La canciller alemana, Angela Merkel, rechazó que sea necesario dar este paso durante la rueda de prensa que ayer celebró tras recibir al primer ministro polaco, Donald Tusk. Con este telón de fondo, ayer por la noche se reunió en Bruselas el Eurogrupo: el encuentro mensual de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro. "No hemos tomado decisiones", confesó al término de la reunión Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y presidente del Eurogrupo. Reestructuración bancaria El socialista francés Dominique Strauss-Kahn, director gerente delFMI, dio durante el fin de semana el pistoletazo de salida a las presiones sobre Alemania. Maniobró filtrando un documento en el que su organismo reclama que Europa aumente los recursos de su fondo de rescate de países al filo de la bancarrota. Y pidió que este instrumento se flexibilice para facilitar su uso en la reestructuración del sector financiero. De hecho, las intervenciones conjuntas de la UE y del FMI para reflotar tanto a Grecia como a Irlanda consagran parte de sus fondos a sanear y estabilizar sus respectivas bancas. De los 110.000 millones de euros que se van prestando escalonadamente a Grecia a lo largo de tres años, 10.000 se emplearán para afianzar los bancos. De los 85.000 millones del paquete para apuntalar a Irlanda -al que el propio Estado irlandés contribuye con 17.500 millones- 35.000 millones son para las entidades de crédito, que se verán jibarizadas o, en algunos casos, incluso liquidadas ordenadamente. El FMI también reclama en su documento al Banco Central Europeo (BCE) que amplíe su compra de deuda pública. No hay para rescatar a España El actual mecanismo de rescate de Estados del euro al filo del abismo del impago dispone de un máximo teórico y muy difícilmente alcanzable de 750.000 millones de euros -dos tercios los aporta Europa y el tercio restante, el FMI-, y caduca a mediados de 2013. Alemania garantiza el 27 por ciento de la contribución europea. Los mercados juzgan que tiene capacidad para rescatar a países como Irlanda, Grecia, Portugal o Bélgica; pero que sería insuficiente si hubiera que reflotar a una gran economía como la de España o Italia. En el caso español, se calcula que el coste de una intervención exterior podría rondar los 600.000 millones de euros. Didier Reynders, viceprimer ministro y titular de la cartera de Finanzas de Bélgica, país que este semestre ocupa la Presidencia rotativa de la UE, se sumó al FMI y pidió elevar el fondo. A su llegada ayer a la reunión comunitaria, Reynders anunció que se está discutiendo si ampliar el fondo. En primer lugar, si dotarlo de más medios cuando en dos años y medio deje de ser un mecanismo temporal y se convierta en permanente. En segundo lugar, el político belga aseguró que si fuera necesario, el aumento se podría aplicar de inmediato. Axel Weber, presidente del Bundesbank o Banco Central de Alemania, también aseguró hace una semana que habría más dinero si se precisara. Incertidumbres en Bélgica Reynders representa a Bélgica, un Estado que sufre una deuda pública que ronda un nivel equivalente a, aproximadamente, el cien por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB); lo que amenaza con ponerlo en el punto de mira de los especuladores. El otro gran handicap de Bélgica es que está gestionada por un Gobierno saliente y en funciones desde hace seis meses, porque las tensiones separatistas que desestabilizan su política nacional impiden la formación de un Ejecutivo con plenos poderes. Al tiempo que ayer debatían en Bruselas sobre la coyuntura, los ministros europeos contenían la respiración ante el resultado de la votación que hoy tendrá lugar en el Parlamento de Irlanda sobre el presupuesto de aquel Estado para 2011. Presupuesto que es la primera pieza de un duro plan de austeridad que contempla un ajuste presupuestario de 15.000 millones de euros en cuatro años. Su ejecución es una de las condiciones impuestas por la UE y por el FMI para apuntalar Dublín. El Gobierno irlandés acaba de perder su mayoría parlamentaria en unas elecciones parciales. De hecho, es un Gobierno en funciones que, tras su fracaso en gestionar la crisis sin la ayuda exterior, se ha visto obligado a convocar elecciones generales a inicios del año que viene.bruselas. Arreciaron ayer las presiones para que Alemania acepte mejorar -y corra como siempre con el grueso de la factura- los mecanismos para prevenir la quiebra de estados de Eurolandia: el grupo de 16 países que comparten el euro como moneda única, 17 a partir del próximo 1 de enero. Incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha sumado al coro de voces que reclama que la UE aumente los 750.000 millones de euros que engrosan su fondo para rescatar a países del euro en apuros. Pero Berlín se mantuvo enrocado y replicó con un no rotundo. La canciller alemana, Angela Merkel, rechazó que sea necesario dar este paso durante la rueda de prensa que ayer celebró tras recibir al primer ministro polaco, Donald Tusk. Con este telón de fondo, ayer por la noche se reunió en Bruselas el Eurogrupo: el encuentro mensual de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro. "No hemos tomado decisiones", confesó al término de la reunión Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y presidente del Eurogrupo. Reestructuración bancaria El socialista francés Dominique Strauss-Kahn, director gerente delFMI, dio durante el fin de semana el pistoletazo de salida a las presiones sobre Alemania. Maniobró filtrando un documento en el que su organismo reclama que Europa aumente los recursos de su fondo de rescate de países al filo de la bancarrota. Y pidió que este instrumento se flexibilice para facilitar su uso en la reestructuración del sector financiero. De hecho, las intervenciones conjuntas de la UE y del FMI para reflotar tanto a Grecia como a Irlanda consagran parte de sus fondos a sanear y estabilizar sus respectivas bancas. De los 110.000 millones de euros que se van prestando escalonadamente a Grecia a lo largo de tres años, 10.000 se emplearán para afianzar los bancos. De los 85.000 millones del paquete para apuntalar a Irlanda -al que el propio Estado irlandés contribuye con 17.500 millones- 35.000 millones son para las entidades de crédito, que se verán jibarizadas o, en algunos casos, incluso liquidadas ordenadamente. El FMI también reclama en su documento al Banco Central Europeo (BCE) que amplíe su compra de deuda pública. No hay para rescatar a España El actual mecanismo de rescate de Estados del euro al filo del abismo del impago dispone de un máximo teórico y muy difícilmente alcanzable de 750.000 millones de euros -dos tercios los aporta Europa y el tercio restante, el FMI-, y caduca a mediados de 2013. Alemania garantiza el 27 por ciento de la contribución europea. Los mercados juzgan que tiene capacidad para rescatar a países como Irlanda, Grecia, Portugal o Bélgica; pero que sería insuficiente si hubiera que reflotar a una gran economía como la de España o Italia. En el caso español, se calcula que el coste de una intervención exterior podría rondar los 600.000 millones de euros. Didier Reynders, viceprimer ministro y titular de la cartera de Finanzas de Bélgica, país que este semestre ocupa la Presidencia rotativa de la UE, se sumó al FMI y pidió elevar el fondo. A su llegada ayer a la reunión comunitaria, Reynders anunció que se está discutiendo si ampliar el fondo. En primer lugar, si dotarlo de más medios cuando en dos años y medio deje de ser un mecanismo temporal y se convierta en permanente. En segundo lugar, el político belga aseguró que si fuera necesario, el aumento se podría aplicar de inmediato. Axel Weber, presidente del Bundesbank o Banco Central de Alemania, también aseguró hace una semana que habría más dinero si se precisara. Incertidumbres en Bélgica Reynders representa a Bélgica, un Estado que sufre una deuda pública que ronda un nivel equivalente a, aproximadamente, el cien por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB); lo que amenaza con ponerlo en el punto de mira de los especuladores. El otro gran handicap de Bélgica es que está gestionada por un Gobierno saliente y en funciones desde hace seis meses, porque las tensiones separatistas que desestabilizan su política nacional impiden la formación de un Ejecutivo con plenos poderes. Al tiempo que ayer debatían en Bruselas sobre la coyuntura, los ministros europeos contenían la respiración ante el resultado de la votación que hoy tendrá lugar en el Parlamento de Irlanda sobre el presupuesto de aquel Estado para 2011. Presupuesto que es la primera pieza de un duro plan de austeridad que contempla un ajuste presupuestario de 15.000 millones de euros en cuatro años. Su ejecución es una de las condiciones impuestas por la UE y por el FMI para apuntalar Dublín. El Gobierno irlandés acaba de perder su mayoría parlamentaria en unas elecciones parciales. De hecho, es un Gobierno en funciones que, tras su fracaso en gestionar la crisis sin la ayuda exterior, se ha visto obligado a convocar elecciones generales a inicios del año que viene.bruselas. Arreciaron ayer las presiones para que Alemania acepte mejorar -y corra como siempre con el grueso de la factura- los mecanismos para prevenir la quiebra de estados de Eurolandia: el grupo de 16 países que comparten el euro como moneda única, 17 a partir del próximo 1 de enero. Incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha sumado al coro de voces que reclama que la UE aumente los 750.000 millones de euros que engrosan su fondo para rescatar a países del euro en apuros. Pero Berlín, sin el más mínimo complejo, se mantuvo enrocado y replicó con un no rotundo. La canciller alemana, Angela Merkel, rechazó que sea necesario dar este paso durante la rueda de prensa que ayer celebró tras recibir al primer ministro polaco, Donald Tusk. Con este telón de fondo, ayer por la noche al cierre de esta edición, estaba reunido en Bruselas el Eurogrupo: el encuentro mensual de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro. Reestructuración bancaria El socialista francés Dominique Strauss-Kahn, director gerente delFMI, dio durante el fin de semana el pistoletazo de salida a las presiones sobre Alemania. Maniobró filtrando un documento en el que su organismo reclama que Europa aumente los recursos de su fondo de rescate de países al filo de la bancarrota. Y pidió que este instrumento se flexibilice para facilitar su uso en la reestructuración del sector financiero. De hecho, las intervenciones conjuntas de la UE y del FMI para reflotar tanto a Grecia como a Irlanda consagran parte de sus fondos a sanear y estabilizar sus respectivas bancas. De los 110.000 millones de euros que se van prestando escalonadamente a Grecia a lo largo de tres años, 10.000 se emplearán para afianzar los bancos. De los 85.000 millones del paquete para apuntalar a Irlanda -al que el propio Estado irlandés contribuye con 17.500 millones- 35.000 millones son para las entidades de crédito, que se verán jibarizadas o, en algunos casos, incluso liquidadas ordenadamente. El FMI también reclama en su documento al Banco Central Europeo (BCE) que amplíe su compra de deuda pública. No hay para rescatar a España El actual mecanismo de rescate de Estados del euro al filo del abismo del impago dispone de un máximo teórico y muy difícilmente alcanzable de 750.000 millones de euros -dos tercios los aporta Europa y el tercio restante, el FMI-, y caduca a mediados de 2013. Alemania garantiza el 27 por ciento de la contribución europea. Los mercados juzgan que tiene capacidad para rescatar a países como Irlanda, Grecia, Portugal o Bélgica; pero que sería insuficiente si hubiera que reflotar a una gran economía como la de España o Italia. En el caso español, se calcula que el coste de una intervención exterior podría rondar los 600.000 millones de euros. Didier Reynders, viceprimer ministro y titular de la cartera de Finanzas de Bélgica, país que a lo largo de este semestre desempeña la Presidencia rotativa de la UE, se sumó al FMI y pidió elevar el fondo. A su llegada ayer a la reunión comunitaria en Bruselas, Reynders anunció que durante el encuentro se discutiría si ampliar el fondo. En primer lugar, se abordaría si dotarlo de más medios cuando dentro de dos años y medio deje de ser un mecanismo temporal y se convierta en permanente. En segundo lugar, el político belga aseguró que si fuera necesario, el aumento se podría aplicar de inmediato. Axel Weber, presidente del Bundesbank o Banco Central de Alemania, también aseguró hace una semana que habría más dinero si se precisara. Incertidumbres en Bélgica Reynders representa a Bélgica, un Estado que sufre una deuda pública que ronda un nivel equivalente a, aproximadamente, el cien por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB); lo que amenaza con ponerlo en el punto de mira de los especuladores. El otro gran handicap de Bélgica es que está gestionada por un Gobierno saliente y en funciones desde hace seis meses, porque las tensiones separatistas que desestabilizan su política nacional impiden la formación de un Ejecutivo con plenos poderes. Al tiempo que ayer debatían en Bruselas sobre la coyuntura, los ministros europeos contenían la respiración ante el resultado de la votación que hoy tendrá lugar en el Parlamento de Irlanda sobre el presupuesto de aquel Estado para 2011. Presupuesto que es la primera pieza de un duro plan de austeridad que contempla un ajuste presupuestario de 15.000 millones de euros en cuatro años. Su ejecución es una de las condiciones impuestas por la UE y por el FMI para apuntalar Dublín. El Gobierno irlandés acaba de perder su mayoría parlamentaria en unas elecciones parciales. De hecho, es un Gobierno en funciones que, tras su fracaso en gestionar la crisis sin la ayuda exterior, se ha visto obligado a convocar elecciones generales a inicios del año que viene.