Incluso el nieto de un rey, sobre todo si éste es uno de los soberanos con más descendencia del mundo, necesita sacarse las castañas del fuego, si quiere que se le recuerde por algo. Y si no, que se lo pregunten a un señor que responde al curioso nombre de Al-Waleed bin Talal bin Abdul Aziz Al-Saud. Nacido hace 52 años, es hijo del príncipe Talal y nieto del primer rey de Arabia Saudí, Abdul Aziz Al-SaudAl-Waleed -así se hace llamar el príncipe- es el fundador de Kingdom Holding, un imperio valorado en 17.000 millones de dólares que, según Bloomberg, cuenta entre sus activos con un 4 por ciento del banco más grande del mundo, Citigroup; un 22 por ciento de la empresa hostelera Four Season; el Hotel George V de París; un 3,75 de News Corporation, el imperio de los medios de comunicación propiedad magnate Rupert Murdoch, y un 17,3 por ciento de Euro Disney.El príncipe, que, según Forbes, es el decimotercer hombre más rico del mundo y el árabe más adinerado, disfruta de una fortuna personal superior a 25.000 millones de dólares y amasó su patrimonio analizando e invirtiendo en empresas infravaloradas. De hecho, The Times lo apodó The Arabian Buffett, debido al curioso parecido entre su estrategia inversora y la forma de invertir que ha hecho rico al Oráculo de Omaha.Dónde se concentran sus inversionesLa mayoría de las inversiones de Al-Waleed se concentran entre Francia, Reino Unido y Estados Unidos. De hecho, sus vínculos con Occidente le han causado más de un quebradero de cabeza en su país. A medidados de julio, Mohammed al-Ossaimi, profesor de Economía en la Universidad Islámica de Riad, invitó a los musulmanes a no acudir a la Oferta Pública de Venta (OPV) del 5 por ciento del capital que Kingdom Holding acaba de cerrar. "No veo cómo es permisible suscribir la operación de salida a bolsa -aseguró el clérigo-: la sociedad está implicada en casos de usura, no respeta la ley islámica del alcohol y es partícipe de actividades mediáticas prohibidas". Kingdom tiene una "visión global"Los colaboradores de Al-Waleed rebatieron, a través de Bloomberg, que "Kingdom tiene una visión global y en actividades inversoras fuera de Arabia Saudí, siempre respeta las prácticas empresariales normales de esos países, aunque es consciente de la moral islámica".El príncipe tampoco las tiene todas consigo en Occidente. A este respecto, es célebre el rechazo de Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York en 2001, a la ayuda de 10 millones de dólares que Al-Waleed le ofreció después del 11 de septiembre. La negativa del alcalde se debió a que poco antes de ofrecer su dinero, el saudí afirmó que "deberíamos entender algunos de los motivos que están detrás de este ataque criminal. El Gobierno estadounidense debería reflexionar un poco y adoptar una posición más equilibrada con respecto a Oriente Medio y Palestina".