El índice español tropieza de nuevo con la crisis periférica y arrastra al indicador un 2,46%, hasta los 10.095 puntosmadrid. El miedo a que las autoridades tengan que terminar rescatando a la economía de Irlanda sigue sembrando el pánico en los mercados. El posible contagio al resto de los países de la eurozona lleva a los inversores a recoger beneficios y más cuando existen rumores de que Portugal y, más tarde, España pueden encontrarse en la lista de futuros damnificados. Una opción que desde el ejecutivo español han negado pero que ayer arrastró un 2,46 por ciento al Ibex 35 -la mayor caída desde mediados de agosto- hasta los 10.095 puntos y llevó a Acciona, Acerinox e Iberdrola Renovables a marcar nuevos mínimos anuales. Las palabras del gobierno español en las que niegan que España se encuentre en una situación similar a la de Irlanda y Portugal no han sido suficientes. El indicador, excepto Sacyr, cerró ayer en números rojos en una jornada en la que se negociaron 2.928 millones de euros y que llevó al Ibex 35 a oscilar entre los 10.299 y los finalmente 10.095 puntos. Unos movimientos que reflejan el nerviosismo que hay en el parqué ante un cada vez más previsible rescate de Dublín y Lisboa. Una opción que ya venían barajando en los últimos días muchos de los bancos de inversión. "La intervención de Irlanda puede producirse en una o dos semanas y la de Portugal, en un mes", pronosticó el analista de Royal Bank of Scotland (RBS) para la Zona Euro, Silvio Peruzzo. El experto, que afirmó que España no necesita por el momento ayuda, abogó por la necesidad de que se resuelva cuanto antes el problema para evitar el contagio que se puede producir fruto de la interconexión que existe entre todos los países miembros. Acciona, la gran castigada A la espera de que los ministros de finanzas de la Eurozona decidan qué hacer con Irlanda, la bolsa española fue después de la francesa la más penalizada del Viejo Continente, que se tiñó de rojo en su totalidad. En este último castigo de los inversores, Acciona ha sido quien ha encabezado las mayores caídas. Y uno de los tres valores -junto con Acerinox e Iberdrola Renovables- que su cotización marcó un nuevo suelo en el año. Un día después de que la renovable presentara unos resultados hasta septiembre muy inferiores a los del mismo periodo de 2009 debido a la participación que tenía en Endesa, los títulos de la renovable cedieron un 6,6 por ciento, hasta los 55,15 euros por título. La mayor caída desde principios de mayo, cuando el valor retrocedió más de un 7 por ciento. Sin embargo, los expertos siguen manteniéndose positivos con la evolución de Acciona en el parqué. El consenso de mercado, recogido por FactSet, recomienda comprar sus títulos y establece un precio objetivo a doce meses de 92,5 euros por título. Una estimación que otorga al valor un potencial alcista superior al 68 por ciento. Pero no fue la única compañía. Acerinox e Iberdrola Renovables también se unieron a la lista de cotizadas españolas que marcaron un nuevo mínimo con la gran caída del selectivo español. La acerera se dejó ayer un 2,55 por ciento, hasta los 11,46 euros. Un precio de cotización que deja muy atrás los 2,99 euros por título, su hasta entonces cota más baja en lo que va de ejercicio. Una jornada, por lo tanto, que oscurece lo que puede ser un buen ejercicio para la compañía. Y es que las previsiones apuntan a que Acerinox presentará al término de 2010 un beneficio de 147 millones de euros, frente a los 230 millones en pérdidas de 2009. Por su parte, la caída del 1,66 por ciento de Iberdrola Renovables también llevó al valor a marcar un nuevo mínimo anual al quedarse en los 2,316 euros. Más liquidez lleva a corrección Mientras que las bolsas se tiñen de rojo, el optimismo tiene cabida en la última encuesta de gestores de fondos de Bank of America Merrill Lynch. Mientras que en octubre sólo el 27 por ciento sobreponderaba acciones en cartera, ahora la cifra se ha elevado al 41 por ciento. También las materias primas han ganado peso en las estrategias: del 17 por ciento se ha pasado al 21 por ciento. Con todo, la liquidez en cartera ha caído hasta el 3,5 por ciento, el nivel más bajo de los últimos siete años. Esto significa que hay sobrecompra en el mercado por lo que no se descarta que se produzca una corrección a corto plazo.