Los países periféricos sufren por las dudas sobre el sector bancariomadrid. El volcán de la crisis soberana de la eurozona volvió a rugir en la jornada de ayer. Se activó por las renovadas dudas surgidas por la exposición de las entidades bancarias a la deuda pública europea. El temor a que los test de estrés publicados en julio no reflejaran con exactitud ese riesgo, una hipótesis alimentada por el diario estadounidense Wall Street Journal, regeneró las dudas en torno a los países periféricos de la región. Irlanda fue el país más afectado por el retorno de las sospechas, un castigo acentuado por la debilidad de su sistema financiero. Así, su prima de riesgo, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos irlandeses y alemanes a 10 años, escaló ayer de los 342 a los 372 puntos básicos -ó 3,72 puntos porcentuales-, el nivel más alto de la historia. Además, el seguro contra el riesgo de impago (CDS) irlandés subió hasta los 375 puntos básicos, muy cerca del máximo alcanzado a comienzos de 2009. También marcó un nuevo récord la prima de riesgo portuguesa, que creció hasta los 354 puntos básicos. España se contagia La deuda española tampoco se libró de su correspondiente cuota de castigo. La prima de riesgo repuntó de los 175 a los 180 puntos básicos, mientras que el CDS español aumentó de los 225 a los 240 puntos básicos, con lo que permanece muy cerca de su máximo, situado en los 270 puntos.