Pese a los intentos de varios legisladores por intentar descarrilar la salida a bolsa de la segunda entidad de capital riesgo más grande del mundo, Blackstone debutó ayer en el parqué de Wall Street en la que ha sido la OPV más grande de los últimos cinco años. Un hecho que provocó una riada de nervios e inquietud entre los brokers que observaron como tras el pistoletazo de salida, las acciones de la compañía subían inmediatamente un 18 por ciento, desde los 31 dólares a los que debutaba y que valoraban la compañía en cerca de 33.600 millones de dólares. Por supuesto, los primeros beneficiados por esta subida fueron los capitanes de Blackstone, Stephen Schwarzman y Peter Peterson, que nada más comenzar la sesión vieron como su fortuna se incrementaba en 9.200 y 1.600 millones de dólares, respectivamente. Curiosamente el estreno de esta entidad de capital riesgo, cuyos activos alcanza los 40.000 millones de dólares, no afectó en ningún momento a la evolución de las acciones de Fortress, el primer hedge fund en salir a bolsa cuyas participaciones se mantenían estables y durante su primera sesión, allá por el mes de febrero, registró unas subidas cercanas al 68 por ciento. Además, las subidas de Blackstone fueron acompañadas por un gran volumen, algo que puso de manifiesto el enorme interés de instituciones y gestores por incluir a la entidad dentro de sus carteras. A la espera de qué ocurrirá con los rumoreados estrenos de Kohlberg Kravis Roberts & Co y Carlyle Group -KKR- en el mercado, muchos esperan que los legisladores no frustren la buena marcha del sector endureciendo la fiscalidad.