madrid. La reforma fiscal ha dejado su huella en los planes de pensiones. Las modificaciones introducidas por el Gobierno han abierto dudas sobre estos productos. De hecho, según los datos de la asociación Inverco, desde principios de año han sufrido unas salidas netas (suscripciones menos los reembolsos) de 130 millones de euros. Frente a los 748,4 millones que los inversores ingresaron en estos productos, el abandono de dinero sumó 878,9 millones de euros. Pese a todo estos productos atraviesan un momento dulce, con una rentabilidad media de todas las categorías en el último año del 8,16 por ciento, frente al 2,4 por ciento en el que se sitúa la inflación interanual hasta abril y que hoy podría confirmarse en este mismo nivel en mayo. Además, en tres años su rendimiento se queda en el 6,22 por ciento, anualizado. Como no puede ser de otra forma, la renta variable es la que tira de esta industria hasta mayo, al repuntar 25,19 por ciento en doce meses, mientras que los mixtos de bolsa ganan el 14,90. Sin embargo, la renta fija sigue con sus tímidos resultados. El corto plazo sube el 1,78 por ciento y el largo plazo se queda en el 1,21 por ciento hasta mayo. Mientras, los garantizados cogen fuerza al repuntar el 4,04 por ciento.