Las palabras de Bernanke y el mayor coste del precio del dinero en Europa lastraron a las bolsasEl índice español bajó con más fuerza por el mayor endeudamiento que registran sus compañías madrid. Los inversores españoles no ganan para sustos en 2007. Primero fue con las palabras de Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal (Fed), en marzo abriendo la puerta a una recesión norteamericana durante este ejercicio, unidas a las grandes caídas que registraban por entonces los mercados asiáticos. Después la crisis desatada en abril por Astroc en el sector inmobiliario que golpeó de rebote a bancos y constructoras, haciendo que el mercado español se desligara de la tendencia general. Y ahora las palabras de Ben Bernanke, presidente de la Fed, asegurando que no bajará los tipos en Estados Unidos frente a la última subida de tipos del BCE (Banco Central Europeo) ayer. Por ello, durante los poco más de cinco meses que han transcurrido ya de 2007, los inversores españoles ven lo mismo caídas de un 3 por ciento que subidas de la misma proporción. Algo que ocurrió una vez más ayer, con el Ibex desplomándose un 2,52 por ciento y cediendo los 15.000 puntos, hasta los 14.928,8 a los que cerró. Y una vez más el Ibex 35 dio la nota negativa dentro de la tendencia general, siendo uno de los índices que más cayó dentro del panorama internacional -ver cuadro-. Así, el 2,52 por ciento cedido por el indicador español sólo estuvo seguido de cerca por el Dax alemán, que se dejó un 2,4 por ciento. Mientras, el Cac francés cayó un 1,66 por ciento, exactamente la misma pérdida del Ftse inglés.Esta vez, la clave de este distanciamiento ha estado en el binomio endeudamiento-subidas de tipos. Las compañías españolas han sido algunas de las que más han aprovechado el panorama de bajos tipos de interés para crecer a través de compras. De esta forma, las empresas nacionales se han convertido en las más apalancadas de Europa, con una deuda sobre la capitalización del Mercado Continuo en torno al 30 por ciento.Donde dije digo...Esta circunstancia, interpretada positivamente mientras el precio del dinero es bajo, se echó ayer en contra de las empresas más apalancadas. Así, las diez compañías que más dinero han pedido prestado dentro del Ibex 35 cayeron más que el índice español.Dentro del Ibex 35, la compañía que peor se comportó fue Sacyr Vallehermoso, cayendo un 5,26 por ciento. La constructora presidida por Luis del Rivero es precisamente la segunda mayor endeudada tiene respecto a su beneficio bruto por explotación (Ebitda), después de su entrada en la francesa Eiffage y en la petrolera Repsol. También estuvieron en la cola del Ibex otras de las más endeudas del índice: Acciona, que entró a principio de año en Endesa; Ferrovial, que compró BAA, e Iberdrola, con la adquisición de Scottish Power.El primer desencadenante de este descalabro bursátil fue Ben Bernanke, que pronosticó el martes que la economía estadounidense está en recuperación y que lo que más le preocupa sigue siendo la inflación. Mientras que el mercado venía anticipando bajadas de los tipos de interés norteamericanos durante 2007, las palabras del presidente de la Fed alejan esta posibilidad, acercando además una subida del precio del dinero. "Este escenario no gusta a los mercados, que verían en unos tipos de interés más altos un potencial competidor, ya que muchos inversores, tras varios años de fuertes ganancias bursátiles, no dudarían en remplazar la mayor rentabilidad potencial de la renta variable por la superior seguridad de los activos monetarios y de la renta fija", afirman desde Link Securities.Malos augurios para las bolsasPor si fuera poco, el BCE subió los tipos de interés del 3,75 al 4 por ciento. Era una decisión ya descontada por el mercado según los expertos, pero el discurso del BCE dio a entrever nuevas subidas durante los próximos meses, algo que castigó si cabe aún más a los parqués europeos. Aún así, la caída que sufrió el Ibex 35 ayer, unida a la de los pasados lunes y martes, ha dejado al principal índice español a un 3,84 por ciento de su máximo histórico, en un momento en el que muchos expertos estaban hablando ya de la conveniencia de un recorte para poder entrar en bolsa a mejores precios.