madrid. La decisión de China de dejar fluctuar su divisa próximamente supuso un impulso extra para la distensión que experimenta la renta fija española. Así, el diferencial entre la rentabilidad del bono español y el alemán se sitúa en torno a los 168 puntos, lo que supone un recorte de más del 20 por ciento desde el máximo que marcó el 16 de junio, en la jornada previa a la subasta española de largo plazo. Dos factores responden a esta rebaja en el diferencial. Por un lado, el buen resultado de dicha subasta -el Tesoro colocó cerca de 3.500 millones de euros, su objetivo máximo de recaudación-, ha permitido disipar los temores de un inminente rescate europeo a España. Por otro, la decisión de China de flexibilizar el cambio con su divisa ha despertado el apetito por el riesgo. Después de todo, "este movimiento permitirá que el crecimiento chino venga más por demanda interna que por exportaciones, ayudando a un mayor crecimiento global", explican desde Renta 4. Este nuevo optimismo ha llevado a que los inversores opten por vender bonos considerados como refugio -de Alemania, EEUU, Canadá...-, para comprar renta fija de países que ofrecen una rentabilidad mucho más alta, siendo la española una de las grandes preferidas. Así, la rentabilidad del bono a 10 años recorta hasta el 4,4 por ciento, que contrasta con el máximo anual de casi el 5 por ciento que alcanzó en la previa a la subasta. Por su parte, los bonos alemanes cerraron la sesión con una rentabilidad en torno al 2,7 por ciento, nivel que no alcanzaba desde mediados de mayo.