Ayer no fue un gran día para la renta variable mundial. Si los principales parqués internacionales registraron pérdidas comprendidas entre el 0,5 y el 1,5 por ciento, los índices estadounidenses superaron incluso las caídas del Viejo Continente. Así, El Dow Jones Industriales retrocedió por cuarta sesión consecutiva, cayendo un 0,63 por ciento, hasta 13.441.13 puntos, alejándose de esta forma de los máximos históricos logrados la semana pasada, mientras que el Nasdaq 100 y el S&P 500 registraron mayores desplomes, al ceder un 1,57 y un 0,97 por ciento, respectivamente. La clave para que las acciones norteamericanas vivieran estos retrocesos estuvo en el fortalecimiento de la economía, con unos datos inmobiliarios que alimentaron el temor a un alza de los tipos de interés, o por lo menos a que la Reserva Federal no los baje durante los próximos meses. Así, las ventas de viviendas nuevas en la primera economía mundial sorprendieron al mercado tras experimentar su mayor subida en los últimos 14 años. Mientras los especialistas barajaban una escalada del 0,2 por ciento, esta cifra subió un 16,2 por ciento, algo que no pasó inadvertido para los inversores, que deshicieron posiciones por el miedo a un endurecimiento de la política monetaria del organismo que dirige Ben Bernanke. Esto, junto a la subida del petróleo y las palabras de Alan Greenspan sobre China, fue demasiado para el Dow JonesLas caídas fueron más acusadas en otros mercados igualmente dependientes de la renta variable norteamericana. De esta forma, el Mexbol mexicano retrocedió un 1,72 por ciento y el Bovespa brasileño cedió un 2,47 por ciento.