El organismo pretende captar entre 2.500 y 3.500 millones de euros con la colocaciónMADRID. Sin tiempo para recuperarse del mal sabor de boca dejado por la subasta de letras realizada el martes, el Tesoro Público retoma hoy la actividad emisora con la colocación de obligaciones a 10 años. Esta operación supone todo un examen sobre la credibilidad de nuestro país en los mercados financieros, una relevancia que se deriva del traspié sufrido anteayer. Con esta maniobra, el Tesoro pretendió conseguir 6.500 millones de euros, pero se quedó en los 6.436 millones. Tras este precedente, todas las miradas se centrarán hoy en si el organismo emisor obtiene el objetivo fijado en el lanzamiento de títulos a una década, consistente en captar entre 2.500 y 3.500 millones de euros. El contratiempo del martes fue provocado, principalmente, por la contracción de la demanda, una realidad que también repercutió en la rentabilidad. De media, las letras salieron un 75 por ciento más caras que en abril y la demanda apenas cubrió 1,3 veces la oferta, cuando en abril alcanzó las 1,5 veces en las letras a 12 meses y las 2,8 veces en las letras a 18 meses. Ambas variables, la demanda y la rentabilidad, volverán a ser claves en la adjudicación de obligaciones a diez años. Cuanto más baja sea la cantidad solicitada por los inversores, menos posibilidades tendrá el Tesoro y más intereses tendrá que desembolsar. Y al contrario si la demanda es alta. El último precedente tuvo lugar el pasado 18 de marzo. Entonces, el Tesoro lanzó 3.070,3 millones en obligaciones a 10 años, una cantidad que fue superada en 1,55 veces por la demanda, que alcanzó los 4.752,5 millones de euros. En cuanto al rendimiento, la media se situó en el 3,85 por ciento. Hoy, el Tesoro Público deberá ser más generoso, sobre todo por la incertidumbre que se sigue respirando en la deuda pública. Estos recelos se manifiestan en la rentabilidad que ofrecen los bonos españoles a 10 años en el mercado secundario, que ayer repuntó al 4,02 por ciento. En la emisión de hace dos meses ese nivel se limitaba al 3,85 por ciento.