Los cimientos de los mercados emergentes han temblado con fuerza en las dos últimas semanas. La inestabilidad que han padecido las bolsas les ha sacudido de forma especialmente violenta, puesto que muchos inversores, principalmente los institucionales, han tratado de rebajar el riesgo de sus carteras. Lo saben muy bien Friedrich Strasser, responsable de gestión de activos del banco de inversión austriaco Bank Gutmann, y Werner Waltersdorfer, gestor de fondos de la misma entidad. Por su situación geográfica, Callander Fund se decantó por este banco austriaco para gestionar su fondo Callander Fund-Central Europe. Y ahora, tanto por su ubicación como por su actividad, puesto que se dedican a invertir en países tocados por la volatilidad como Rusia, son unos testigos directos del pulso de los mercados del Centro y el Este de Europa, una región en la que siguen confiando. P ¿Cómo valoran la brusca corrección que han sufrido en las últimas semanas los mercados emergentes como Rusia, en el que ustedes están presentes? R Los inversores se han puesto nerviosos, y es normal. El desencadenante de esta reacción fue la inflación estadounidense, que provocó que los inversores temieran más subidas de los tipos de interés. Sobre la preocupación que este tema ha podido provocar en un país tan lejano como Rusia, nadie puede sorprenderse de que, en un mercado que ha llegado a subir un 55 por ciento en cuatro meses y medio, se produzcan ventas con fuerza. Con todo, hemos visto una reacción técnica en las últimas sesiones, que permiten que el índice RTS suba en 2006 más de un 30 por ciento. La clave reside ahora en si veremos o no en el futuro caídas de gran escala en los países emergentes globales. P Entonces, ¿se ha tratado de un fenómeno temporal o temen que el dinero siga saliendo de estos mercados? R Es muy pronto para saber si lo ocurrido en las últimas semanas va a tener continuidad. Pero creemos que los inversores seguirán nerviosos y que llevará algún tiempo recuperar la confianza en los mercados emergentes, porque cuando un mercado cae un 9,5 por ciento en un solo día los inversores tienen todas las razones del mundo para estar nerviosos. Ahora bien, por otro lado, la fusión de Arcelor con la rusa Severstal demuestra que todavía hay un gran potencial en estos mercados. P Tras las subidas de los mercados de Europa Central y del Este en los últimos años, ¿están caros? R Mirando los datos, por PER (número de veces que el beneficio está contenido en el precio de las acciones) no están baratos, pero tampoco caros, sino que se mueven en su media. Sin embargo, pensamos que el principal motor es el consumo privado, que está tirando de la economía y los beneficios, y que puede no estar recogido aún en las expectativas de los inversores y los mercados. P Pero Rusia sigue teniendo una influencia muy importante en la región, y también en su cartera. ¿No es peligroso? R Es cierto que en Rusia, por ejemplo, puede haber riesgos, sobre todo de naturaleza política, pero en la región hay otros países más occidentales, como Austria, que es en el que más invertimos y que ofrece oportunidades. P Y por sectores, ¿cuáles son sus preferidos?R Los de consumo y ventas al por menor pueden ser buenos lugares en los que estar. También resultan interesantes las compañías energéticas, principales petroleras y gasistas, y financieras. En cambio, el sector inmobiliario, por ejemplo, está muy caliente, por lo que no resulta atractivo. P ¿Qué situación atraviesan los mercados de deuda de la región?R Los bonos no son atractivos en estos momentos. No compensa invertir en ellos, además de que hay casos, como el ruso, en el que el mercado no tiene un gran tamaño y eso le resta interés. P ¿Cómo ven a los países centroeuropeos desde el punto de vista económico? R Estas economías todavía están mostrando un crecimiento fuerte y estable. En este sentido, Rusia sigue siendo el país más destacado, con un alto desarrollo, un consumo privado dinámico y una inflación alta pero bajo control. P Sin embargo, algunos países se han visto obligados a retrasar su incorporación al euro por distintos problemas económicos. R Es cierto que el ingreso en la zona euro se ha ido posponiendo. Al principio parecía que este camino podría ser sencillo, pero el tiempo ha demostrado que no, y que países como Hungría o República Checa, por ejemplo, no se podrán plantear el acceso al euro hasta 2009 o 2010.