madrid. Aunque la salida del problema griego esta todavía lejos, especialmente por los altos costes que le puede suponer al país, la incertidumbre se ha reducido. Esta semana la atención se desviará a la presentación de resultados de firmas como Goldman Sachs, Morgan Stanley, Pfizer o Microsoft. No se esperan decepciones y se mirará que las ganancias procedan no de la reducción de costes, sino de una mayor fortaleza en resultados. Durante los últimos meses, tanto las empresas como las entidades financieras están ofreciendo a sus inversores ofertas para que canjeen su deuda bien por dinero o por otros bonos, como el caso de OHL, que ha cambiado el bono vencimiento 2012 por otro del 2015. Otro que lo ha hecho ha sido Banco Sabadell, que canjea una de sus referencias de preferentes a un precio de mercado por una nueva emisión subordinada a diez años. Por otra parte, es muy probable que ante los cambios regulatorios de Basilea sobre los niveles de solvencia de la banca se produzcan nuevas ofertas en emisiones subordinadas, ya sea en dinero o por otras vías. Teniendo en cuenta que muchas están por debajo del precio de emisión, el beneficio puede venir no sólo por una mejoría en sus ratios de capital, sino por la obtención de importantes ganancias. Si se añade que el coste de financiación actual va a ser menor, la oportunidad para operaciones de este tipo parece clara. El mercado primario sigue muy activo. Los emisores suelen tener baja calificación o sin rating, y acuden un gran numero de inversores, lo que provoca sobresuscripción y un nivel de adjudicación en muchos casos inferior al 15 por ciento. Sin embargo, los niveles de swap, por ejemplo el 5 años, se mantienen en torno al 2,45 por ciento.