Los tres mosqueteros de este negocio se embolsaron una media de 1.000 millones el pasado añonueva york. En Estados Unidos existe un verdadero mutismo alrededor de los hedge funds, esos fondos llamados de alto riesgo cuyos honorarios de acceso superan el poder adquisitivo de muchos y el resultado de sus inversiones es todo un secreto. Aún así, una encuesta realizada a este lado del Atlántico ha revelado que James Simons, Kenneth Griffin y Edward Lampert, los tres mosqueteros de este sector, se llevaron el año pasado una media de 1.000 millones de dólares por su buen hacer en el manejo del dinero de otros, un sueldo que supera los beneficios netos de la mayor parte de las compañías del Ibex 35. No se levanten de la silla porque aún queda más. El salario medio de los 25 capitanes encargados de controlar que sus respectivos fondos no naveguen a la deriva y provoquen pérdidas que pondrían los pelos de punta a medio mundo, se sitúa en los 570 millones de dólares, más de lo que recaudan anualmente la mitad de las compañías del Ibex 35. Aprieten fuerte el reposabrazos porque si sumamos los sueldos de estos veinticinco privilegiados, seleccionados por la revista Alpha Magazines, la cifra resultante supera el producto interior bruto de países como Jordania o Uruguay, es decir, más de 14.000 millones.Ahora traten de respirar profundamente, porque James Simons, el metódico gurú a cargo de Renaissance Technologies, un hedge fund que mueve más de 24.000 millones de dólares, engordó su cartera en 2006 con 1.700 millones de dolares, una cantidad que supera el beneficio neto de Iberdrola, Grupo Ferrovial o la mismísima Acciona. Por supuesto, sus ahorros están por encima de los 4.000 millones.¿Santo Grial?¿Suerte, magia o una concienzuda metodología? Lo cierto es que dentro del hermetismo que envuelve a los hedge funds, Simons es conocido como el bicho de biblioteca, siempre rodeado de libros, y con poco tiempo para disfrutar de su descomunal fortuna. Los que le conocen le definen como "la caja negra de los inversores", cuyas inversiones se hacen sobre todo por ordenador. Con un doctorado a sus espaldas, el gestor de Renaissance prefiere rodearse de intelectuales y matemáticos que de brókers de Wall Street. Por eso, la compañía cuenta con el trabajo de 80 doctores en programación informática que han desarrollado toda clase de softwares que localizan cualquier anomalía en los precios de mercados.En el caso de Kenneth Griffin, al frente de Citadel Investment Group, la suerte y la vieja escuela han jugado un factor decisivo para controlar un fondo con cerca de 13.500 millones. Su salario anual supera los 1.400 millones, a los que se suman los cerca de 1.700 que ya tenía. Este hombre, que se casó en el Palacio de Versailles, y comenzó a invertir desde el dormitorio de su Universidad en Cabot House, ha sabido sacar partido al derrumbe sufrido por Amaranth el año pasado y ha pagado alrededor de 80 millones a David Geffen, el gurú mediático de EEUU, para hacerse con la pintura "Falso comienzo", de Jasper John.Por último, la medalla de bronce se la lleva Edward Lampert, que ha sido calificado como el próximo Warren Buffett. Con un sueldo de 1.300 millones de dólares, la mano que mece ESL Investments dirige todas las compañías que compra, entre ellas las tiendas Sears, de las que se dice se han convertido en la próxima Berkshire Hathaway, la empresa que capitanea Buffett y una de las más rentables del mundo. ESL Investments maneja unos 18.000 millones y sus ahorrillos de 3.800 millones de dólares le han convertido en el hombre más rico del Connecticut, el lugar con más millonarios por metro cuadrado del noreste de EEUU.