madrid. Paso a paso, el Ibex 35 está intentado remontar posiciones. Ayer, incluso acarició la posibilidad de reconquistar los 11.000 puntos, perdida el pasado jueves, pero no lo consiguió. Cerró en los 10.99,2, con un avance del 0,43 por ciento, que eleva la recuperación de las dos últimas jornadas al 1,5 por ciento. Eso sí, tras el castigo sufrido en la segunda mitad de enero, en lo que va de año aún cede un 7,9 por ciento, el peor saldo entre los principales indicadores europeos. El principal catalizador de las compras en la jornada de ayer llevó matrícula norteamericana. Consistió en el positivo dato de actividad empresarial conocido en Estados Unidos, que en enero repuntó hasta los 58,4 puntos, por encima de los 55,5 previstos y, sobre todo, el nivel más alto desde agosto de 2004. Además, fue el sexto mes consecutivo en el que este termómetro del funcionamiento manufacturero estadounidense se mantuvo por encima de los 50 puntos, la cota a partir de la cual se entiende que esta referencia indica que la economía se está expandiendo. Este dato propiciaba que Wall Street abriera la sesión en positivo, un clima que envalentonó a los hasta entonces tímidos inversores europeos. Así, el Footsie 100 británico terminó con un avance del 1,1 por ciento, mientras que el Dax alemán sumó un 0,8 por ciento. Al final de la sesión, el Dow Jones y el S&P 500 también se anotaron avances del 1 por ciento. Sin el apoyo del volumen El principal aliado del Ibex fue Santander, con una revalorización del 1,9 por ciento, aunque fueron otras dos compañías las que encabezaron los avances: Técnicas Reunidas, con un repunte del 6,2 por ciento, y Ferrovial, que sumó un 5,3 por ciento. El único pero, además de la incapacidad de recuperar el 11.000, provino del poco dinero que circuló ayer por los parqués, aspecto que restó consistencia a la subida. En concreto, se negociaron 3.081,4 millones de euros, por debajo de la media vista en enero, que ascendió a 4.345,4 millones de euros.