Fue increíble. En sólo 45 minutos, los inversores hicieron llegar órdenes por valor de 9.000 millones de euros, cinco veces más de lo que Telefónica quería colocar". Así describe Pablo Lladó, director general del mercado de capitales de Calyon, la operación con la que la empresa presidida por César Alierta salió al mercado en octubre para emitir bonos a 10 años.La pone como ejemplo de lo que fue 2009 en el mercado de capitales. "Hace un año nunca hubiéramos imaginado que acabara siendo tan bueno", agrega Lladó, responsable de la segunda entidad que más dinero movió en emisiones en 2009, con 11.120,7 millones de euros, según datos de Dealogic. "El balance fue extraordinario", confirma Alberto Viarengo, director de bonos corporativos de Royal Bank of Scotland (RBS) para el Sur de Europa. "El rally de 2009 supone la vuelta de unas condiciones más normalizadas después de que el mercado de crédito dejase de operar durante la crisis", destaca Harry Koppel, vicepresidente de finanzas globales de Barclays Capital, la tercera entidad más activa de 2009, con una cuantía próxima a 11.000 millones. Para John Perlaza, de BNY Mellon, "la comunidad emisora mostró una resistencia increíble y su creatividad característica" para afrontar "un año de desafíos". Reapertura progresiva Esos retos dieron paso a una actividad que se caracterizó por cinco tendencias: la reapertura de los mercados, la continuidad de las emisiones, la progresiva reducción de los diferenciales -spreads-, el apetito inversor y la ampliación de los plazos. "La evolución del mercado durante el año fue muy positiva, pasando de un mercado de ventanas en el que tan sólo los mejores nombres y rating atraían el interés de los inversores a un mercado normalizado en el que rating inferiores y sectores cíclicos accedían al mercado exitosamente. Y el final de 2009 trajo la apertura del mercado de emisores especulativos o high yield tras más de un año de cierre total", resume Luis Ordóñez, responsable de mercado de capitales para Europa de Santander. "Las grandes empresas se financiaron en el mercado de bonos debido a las condiciones tan atractivas que dicho mercado ofrece, motivada sobre todo por la liquidez de inversores institucionales", explica Víctor Abad, de ING CB. "Sobre la ampliación de plazos de emisión, que alcanzaron el de 15 años para compañías con calificación BBB, resultó favorecida por la búsqueda de mayores rentabilidades absolutas por los inversores, en un entorno de tipos en mínimos históricos", explica Reyes Bover, directora de originación de renta fija EMEA de BBVA. Esta entidad fue la más activa en el mercado de emisiones en 2009, ya que participó en operaciones por valor de 15.450 millones de euros, según Dealogic. Las empresas, a por todas La mejoría del contexto favoreció sobre todo a las emisiones corporativas. Siguiendo la tendencia registrada a escala mundial, en España se triplicaron, hasta rozar los 17.500 millones de euros. "Los corporativos tuvieron el mercado abierto desde el primer momento", constata Pablo Lladó, de Calyon. Por sectores, el energético y el de telecos acapararon el protagonismo. Así, junto al activo papel -ya tradicional- de Telefónica e Iberdrola, sobresalió "el retorno de Gas Natural a los mercados de capitales", concreta Antoine Maurel, director responsable de originación de bonos de HSBC. El camino, eso sí, no fue fácil. Como matiza Alberto Viarengo, de RBS, el año estuvo dividido "en dos fases". Hasta mayo, el mercado se limitó a las empresas con las mejores calificaciones. Posteriormente, "no sólo las compras con elevados rating continuaron accediendo a los bonos, sino que el mercado se abrió también a esas compañías que al principio no tenían posibilidad de conseguir esa liquidez institucional", añade. Las financieras renacen La hiperactividad empresarial se vio complementada por la resurrección de las emisiones financieras. "El año estuvo marcado por el retorno de las entidades a los mercados", subraya Antoine Maurel, de HSBC. Las cifras lo confirman, ya que, según Dealogic, el volumen de emisiones financieras ascendió a 73.481,5 millones, con lo que duplicó el registrado en 2008. Para brotar, la semilla de las emisiones financieras fue regada con las ayudas del Gobierno y el Banco Central Europeo (BCE). El primero, con los avales para respaldar las colocaciones; y el segundo, con los 60.000 millones de euros destinados a la compra de cédulas hipotecarias. "La actividad se concentró en la deuda garantizada hasta mayo y en las cédulas hipotecarias después", reconoce Harry Koppel, de Barclays Capital. "Los avales permitieron que las entidades, que tenían dificultades para acceder a los mercados, emitieran en formato senior, en operaciones avaladas con un plazo de hasta tres años. Durante la segunda mitad de 2009 el sector también se benefició del programa de compra de cédulas del BCE", valora Morgan Stanley. En este sentido, los expertos destacan la emisión con la que Santander reabrió el segmento de cédulas en mayo, poco después de que el BCE anunciara su plan. Este rebrote propició una reducción de los spreads. "Desde marzo se produjo un estrechamiento masivo de los diferenciales de crédito", confirma Noelle Cajigas, responsable del mercado de capitales de BNP Paribas. Mayores necesidades públicas La tercera pata del año provino del sector público, que incrementó su actividad ante la caída de los ingresos fiscales, los planes de apoyo a la reordenación financiera y las mayores necesidades de financiación de las distintas administraciones. "En cuanto al sector público, las Comunidades Autónomas fueron especialmente activas, y vimos la aparición del Fondo de Reestructuación Ordenada Bancaria (Frob)", recuerda Antoine Maurel, de HSBC. Un año de 'ventanas' Tras la recuperación de 2009, los expertos son optismistas, aunque tampoco lanzan las campanas al vuelo. "Esperamos que durante los primeros meses de 2010 se mantengan las tendencias vistas durante la segunda mitad de 2009. No obstante, habrá que estar especialmente atentos a las fórmulas de retirada de liquidez por parte del BCE", apunta Alfonso López Barajas, director de mercado de capitales de Banesto. "Esta incertidumbre va a generar un mercado de ventanas de oportunidad, con momentos en los que será recomendable esperar antes de lanzar una emisión, cuando en 2009 el mercado siempre estuvo abierto desde marzo", avisa Antoine Maurel.