La curva de rentabilidades ha dejado de estar 'invertida' en Estados Unidosmadrid. La deuda pública estadounidense se convulsionó nada más conocerse el comunicado de la Reserva Federal (Fed). Muchos interpretaron que el nuevo mensaje del banco central norteamericano era el pistoletazo de salida para volver con decisión a la deuda pública. Incluso también a los bonos a largo plazo, que han atravesado una larga travesía en el desierto a ambos lados del Atlántico a causa de la subida de los tipos de interés. Los inversores, conducidos por la posibilidad de que la Fed baje los tipos en los próximos meses, no sólo compraron títulos a dos años, sino también bonos a diez años. Esta respuesta también se contagió a Europa, con el consiguiente descenso de los rendimientos, que bajan cuando el precio de los bonos sube con motivo de las compras. Estas reacciones respondieron a la combinación de dos argumentos: si la Fed va a empezar a recortar los tipos, es preferible adquirir los bonos cuanto antes, ya que así se lograrán unos rendimientos más altos; y, al mismo tiempo, si EEUU reduce los intereses, es probable que el Banco Central Europeo (BCE) le siga más pronto que tarde, por lo que las compras también tienen sentido en los bonos europeos. Sin embargo, para los expertos este paisaje dista de ser tan evidente. "Las compras, sobre todo en los bonos a largo plazo, aún no son definitivas. Aún hay que prestar atención a la inflación para identificar cuándo puede empezar a bajar los tipos realmente la Fed", apunta Virginia Romero, analista de Ahorro Corporación. En ese momento sí que habrá llegado la oportunidad para los bonos a largo plazo. Hasta esa fecha, y según los expertos, la deuda pública estadounidense sufrirá altibajos. Pero, sobre todo, lo que puede ocurrir es que la curva de rentabilidades deje de estar invertida. Es decir, que los títulos a corto plazo ofrezcan más intereses que los de largo plazo, una anomalía que ha venido pasando en EEUU desde finales de 2005. Ayer, de hecho, el rendimiento de los bonos a diez años se situó en el 4,58 por ciento, de nuevo por encima del que presentan los títulos a dos años, cuya rentabilidad está en el 4,56 por ciento.