La capitalización de los grandes de EEUU y Europa no ha dejado de bajar desde el pasado 12 de eneromadrid. China y EEUU no sólo se están debatiendo su liderazgo económico mundial. También luchan por ser ellos quienes marquen el devenir de los mercados bursátiles de todo el mundo. Si el miércoles era China y su anuncio de restringir el crédito para no calentar aún más su economía el que marcó los pasos (hacia atrás) que siguieron los mercados de todo el mundo, ayer EEUU recuperó el mando. La nueva medida a los bancos de Obama (ver página 15) arrastró al sector financiero, que cayó más de un 3 por ciento, pese a que al cierre del mercado europeo aún no se sabía en qué consistía. Desde que se anunció que Obama tenía intención de tomar medidas ante el riesgo que soporta la banca el pasado 12 de enero, los 20 mayores bancos del mundo han perdido en bolsa más de 60.000 millones de euros. Y fueron ellos los que tiraron a la baja a los índices. El Ibex 35, que registró un volumen inusualmente alto (cerca de 6.000 millones de euros), perdió un 2,26 por ciento, hasta los 11.444 puntos, abandonando así el nivel de soporte de los 11.500. Por su parte, el Dax alemán dejó un 1,79 por ciento; el Cac francés, un 1,70 por ciento; y el Ftse inglés, un 1,58. Mientras que en Europa los índices reaccionaban a la baja, incluso sin saber en qué consistía exactamente la medida que planeaba el presidente de Estados Unidos, al otro lado del Atlántico los selectivos bursátiles reaccionaron, también con recortes, pero con más información en su poder. El Dow Jones acumuló una caída del 2,01 por ciento, hasta los 10.389,88 puntos, arrastrado sobre todo por el sector bancario. Por su parte, el S&P 500 perdió nada más iniciar sesión el soporte de los 1.130 puntos y ni siquiera el tecnológico Nasdaq, en teoría no afectado por esta medida, huyó de las pérdidas. Los culpables de tales retrocesos fueron los mismos que en el Viejo Continente: los bancos. Goldman encendió a Obama ¿Qué pasó? Presentaba resultados Goldman Sachs. Y no defraudó. Más bien todo lo contrario. Presentó un beneficio neto de 13.900 millones de dólares (9.900 millones de euros) en 2009, seis veces más que en el ejercicio precedente. Además, anunció que la partida destinada en 2009 al pago de indemnizaciones por despido, salarios, primas y otros incentivos se situó en 16.193 millones de dólares (11.519 millones de euros), el nivel más bajo de su historia. Pero ahí estaba Obama para cambiar el rumbo de los mercados. Bastó tan solo con un titular de en qué consistiría la medida que pretende imponer a los bancos norteamericanos -un alto responsable del Gobierno se limitó a decir que el presidente de EEUU anunciaría reformas para limitar el tamaño de los bancos- para que en cuestión de diez minutos el S&P 500 perdiera su soporte de los 1.130 puntos y el resto de los parqués, tanto estadounidenses como europeos, protagonizaran la que fue la peor sesión del año para muchos. Basta fijarse en cómo reaccionaron los bancos al conocerse que el presidente de EEUU anunciaría en que consistirá la tasa de Obama a sus homólogos estadounidenses (ver página 15). De media los veinte mayores bancos del mundo (se excluyen los chinos) perdieron en los parqués un 3,3 por ciento. Una cifra que sobrepasaron con creces casi todos los bancos británicos, muy ligados al igual que los norteamericanos a la banca de inversión. Así, Lloyds despidió la sesión con una caída del 5,66 por ciento, Royal Bank of Scotland retrocedió un 7,05 por ciento y el gigante HSBC se dejó un 1,23 por ciento. Y eso que al cierre del mercado londinense aún se desconocía en qué consistían las medidas de Obama para frenar a los bancos. Pero, ¿por qué una medida que en principio tan sólo afecta a los bancos norteamericanos terminó afectando tanto a Europa? Por el miedo a que la Unión Europea siga el ejemplo de Obama y apruebe la suya propia. No en vano, tanto EEUU como la Unión Europea han actuado casi al unísono y con similares medidas (inyecciones de liquidez, reducción de tipos, planes de ayuda a los bancos) en un contexto de crisis; por lo que lo normal es que también coincidan en las medidas para intentar salir de ella. Santander, el peor del Ibex En España, los bancos también sintieron el Obamazo en sus cotizaciones. Y eso que, a diferencia de los bancos anglosajones, son entidades puramente comerciales y no de inversión. No importó. El pánico inversor no distingue, y por ello Santander se convirtió en el peor valor del selectivo y, al ser uno de los pesos más pesados del Ibex 35, en el mayor lastre para el índice. Cerró la sesión con pérdidas del 4,22 por ciento. Algo más laxos fueron los inversores con BBVA. Aun así, la entidad presidida por Francisco González vio cómo se esfumaba el 3,02 por ciento. "Cualquier noticia que se conoce sobre los bancos afecta mucho al mercado porque han sido un refugio por los dividendos que dan y está claro que una tasa perjudicaría al accionista, a la remuneración de los bancos y crearía más incertidumbre, pero en momentos como éste en el que imperan los nervios, no hay que tomar decisiones", afirma Lucas Monjardín, de CapitalatWork. Pero no parece que los inversores estén tranquilos. Al menos ésta es la conclusión que se saca de la evolución que ayer tuvieron los seguros contra el riesgo de impago (CDS, por sus siglas en inglés). Los de BBVA y Santander se dispararon ayer hasta rozar los 105 puntos básicos, frente a los 90 a los que cotizaban tan sólo 48 horas antes. Un avance que, sin embargo, no les ha llevado a superar en nivel de incertidumbre a los bonos del Estado español, que ayer cotizaban en torno a los 132. "Se está produciendo un trasvase de valores bancarios españoles a europeos hoy tras las incertidumbres en Grecia con el sector. La evolución de los valores bancarios españoles frente a los europeos fue mucho mejor en el año 2009, por lo que está claro que una mayor incertidumbre podría castigar más a los que mejor lo han hecho", según Banco Sabadell. Sin embargo, al menos ayer, sus colegas de la Europa continental tampoco se salvaron de los números rojos e incluso algunos, como los franceses Societé Generale y BNP Paribas, acumulan las mayores pérdidas desde que el pasado 12 de enero se conoció la intención de Obama de poner una tasa a los bancos (ver gráfico). Probablemente, el consejero delegado de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, ni siquiera se podía imaginar tan sólo unos minutos antes de publicar sus espectaculares resultados que el mercado iba a responder vendiendo sus títulos. El principal banco de inversión, y ahora único, retrocedió un 4,12 por ciento. Más del 6 por ciento se dejaron sus colegas americanos Bank of America y J.P.Morgan. Mucho más moderadas fueron las experimentadas por los bancos más ligados a la gestión de activos, como Bank of New York Mellon o State Street, con caídas del 1 y del 1,75 por ciento, respectivamente. Pero a las medidas de Obama se unieron también los decepcionantes datos macroeconómicos. Estados Unidos borró de un plumazo el espectacular crecimiento del 8,7 por ciento que tuvo China en 2009. Preocuparon, en especial los vinculados al empleo. Durante la última semana, 482.000 norteamericanos solicitaron subsidios de desempleo, por encima de los 440.000 previstos y, sobre todo, la cantidad más elevada desde finales de noviembre. En un momento en que las bolsas esperan más del mercado laboral de la primera economía mundial, las cifras conocidas ayer supusieron un jarro de agua fría. No convencieron a su vez los datos de la actividad manufacturera de Filadelfia. Aunque reflejaron que la actividad continúa saliendo de su letargo, al mantenerse en niveles positivos por quinto mes consecutivo, la tendencia se ha frenado en enero hasta los 15,2 puntos, frente a los 22,5 de diciembre. ¿Hay que ser defensivos? Se dice que lo que más sube un año suele ser siempre lo que más cae al año siguiente, por lo que cabe preguntarse: ¿han perdido los bancos todo su potencial en bolsa? Muchos gestores, incluso antes de conocerse la medida Obama, ya opinaban que sí, y por ello están recomendando que la selección de valores para componer la cartera se haga dentro de sectores menos cíclicos y más defensivos. Otros aún se resisten a deshacer posiciones en el sector financiero, pero sí reconocen que están atentos no sólo a los resultados que publican ahora, referidos al pasado ejercicio, sino a los que anuncien en el segundo trimestre. "La mayoría de los buenos resultados que están publicando los bancos correspondientes al año 2009 vienen por la banca de inversión y la reducción de costes, pero yo no tomaría ninguna decisión hasta el segundo trimestre, cuando publiquen los del primero y se vea si han aumentado realmente sus ingresos", asegura Ángel de Molina, director de inversiones de la plataforma Tressis.