La morosidad alcanza el nivel más alto en cuatro años y siembra pánico en todos los parqués bursátilesNUEVA YORK. Como si del más terrible deshielo se tratara, el mercado de las conocidas como hipotecas subprime o hipotecas basura, aquellas que determinadas entidades otorgan a personas con un mal historial crediticio, parece derretirse a marchas forzadas provocando la consecuente hecatombe entre los pilares financieros de Estados Unidos. La falta de efectivo para hacer frente a los exigentes acreedores ha echado a la hoguera a compañías especializadas en estos menesteres como Accredited Home Lenders y New Century Financial. La cosa no acaba en la mera bancarrota de un puñado de firmas, puesto que amenaza con afectar a la liquidez de todo el sistema, algo que ha despertado la ira de los inversores y que promete hacer mella en entidades medianamente saneadas. Por lo tanto, hace temer una crisis que propagaría la ralentización del mercado inmobiliario al sector financiero. De momento, los síntomas no son nada alentadores. En Wall Street, todos los miembros expuestos a los créditos hipotecarios, sean del tamaño que sean, han sufrido fuertes descensos. En este sentido, el consejero delegado de Countrywide Financial, Angelo Mozilo, no dudaba en aclarar durante una entrevista en el canal CNBS que "esta situación va a empeorar si los inversores siguen castigando tanto a las compañías más débiles como a las ya asentadas". Countrywide es el mayor emisor de créditos hipotecarios de EEUU. ¿El principio del fin?La Asociación de Bancos Hipotecarios de Estados Unidos echaba más leña al fuego con datos poco alentadores que demostraban que lejos de ser una tendencia pasajera, este mal podría no tardar en convertirse en una pandemia. Las compañías especializadas en hipotecas basura registraron en el último trimestre de 2006 su tasa de morosidad más alta de los últimos cuatro años, mientras el embargo de todo tipo de créditos hipotecarios alcanzaba su nivel más alto de la historia. Así, uno de cada 200 propietarios de una hipoteca se quedaba sin sus bienes por impago. El porcentaje de personas con una hipoteca subprime que se retrasó o no pagó sus cuotas alcanzó un 13,3 por ciento, desde un 12,5 por ciento registrado en el tercer trimestre del año pasado. Además, los embargos y cancelaciones de hipotecas también aumentaron considerablemente entre aquellos con un historial crediticio impecable, otra señal de los problemas presentes en el mercado hipotecario.Estos riesgos se derivan de las prácticas a las que han recurrido las sociedades en los últimos tiempos. Para explotar el boom del mercado inmobiliario norteamericano, las entidades crediticias decidieron aligerar los estándares en 2006 para la entrega de hipotecas de primera categoría, o prime, en un esfuerzo por estrujar la última gota de una racha que parecía acabarse.Economistas como Gary Shilling aseguran que si el impago se extiende en este mercado, que mueve cerca de seis billones de dólares, podría desencadenar un verdadero holocausto de la economía norteamericana. "Lo peor está por llegar", explicaba a la agencia Bloomberg. El impago de hipotecas, independientemente del tipo que sea, ha registrado sus mayores niveles desde 2003 hasta crecer un 4,95 por ciento en los últimos tres meses de 2006. Doug Duncan, consejero delegado de la Asociación de Bancos Hipotecarios reconocía que "mientras los precios de la vivienda han crecido hasta alcanzar récord inigualables, la petición de hipotecas decrecía, por eso se dulcificaron las exigencias para solicitar créditos". "Si uno analiza los puntos álgidos de cualquier ciclo inmobiliario, descubre que todas las hipotecas concedidas durante ese periodo son las que peor funcionan", añadía. De los errores se aprendeDe momento, las noticias no dejan de sucederse. Accredited Home Lenders, una de las compañías independientes de hipotecas subprime, ha anunciado que necesita cerca de 190 millones de dólares para hacer frente a los pagos de sus acreedores. Y ahí radica el temor de los inversores y de los expertos, ya que esta clase de firmas obtiene la mayor parte de su financiación de grandes bancos que imponen fuertes sanciones en caso de que estas empresas no puedan devolver el dinero prestado. Hasta la fecha, la palma se la lleva New Century, la compañía independiente de hipotecas basura más grande de EEUU, que ya ha reconocido que no posee efectivo suficiente para pagar a sus acreedores y ha cancelado la posibilidad de seguir ofertando nuevas hipotecas. En el último año, más de dos docenas de entidades dedicadas a este negocio han echado el cierre por casos similares al de New Century. Actualmente, otras tres compañías del sector como Ownit Mortgage Solutions, Mortgage Lenders Network USA y ResMAE Mortgage ya se han tenido que acoger a las leyes de bancarrota.El temor a que la situación se desborde ha llegado al Congreso de EEUU, donde el presidente del Comité de Servicios Financieros, Barney Frank, ha asegurado que planea introducir lo antes posible una legislación para restringir la concesión de hipotecas de riesgo.