El 7 de agosto de 2006, la cotización del barril de petróleo 'Brent', que es el que sirve de referencia en Europa, alcanzó los 78,6 dólares. Se trataba de un nuevo máximo histórico, si bien todo hacía presagiar que iba a ser un récord de lo más efímero. No en vano, el crudo acumulaba ya seis semanas de escalada imparable, en las que se había revalorizado un 17 por ciento, y daba la sensación de que derribar la barrera de los 80 dólares era sólo cuestión de tiempo. Pero no fue así. A partir del 8 de agosto el 'Brent' se adentró en una inesperada tendencia bajista. Ese mismo día la Reserva Federal (Fed), el banco central norteamericano, detuvo las subidas de los tipos de interés. Atrás quedaban diecisiete repuntes de un cuarto de punto consecutivos desde junio de 2004, que habían conducido a los tipos desde el 1 al 5,25 por ciento. La institución consideró que la economía estadounidense ya había recibido suficiente medicina monetaria, por lo que no resultaba preciso prolongar el endurecimiento cuando la economía ya había transmitido los primeros síntomas de agotamiento. ¿Fue una mera coincidencia que el crudo empezara a desinflarse el mismo día que la Fed interrumpió el aumento de los tipos? Tal vez. Sin embargo, hechos más recientes hacen pensar que no fue así. El pasado miércoles la propia Reserva Federal aseguró que la economía estadounidense ha ganado fuerza y, si bien ese impulso no es tan intenso como para que deba retomar el incremento de los tipos, aún no descartar esa posibilidad. ¿Qué ha pasado con el 'Brent' desde entonces? Subir. En poco más de tres sesiones se ha revalorizado un 5,3 por ciento, y ayer incluso llegó hasta los 59,39 dólares. En última instancia, el mensaje de la Fed constata que la economía mundial puede seguir creciendo con fuerza en 2007, ya que su locomotora también va a continuar haciéndolo. Es decir, el escenario propicio para que los precios del crudo se mantengan altos. Por lo tanto, su discurso vino a consolidar la reacción alcista descrita por el petróleo desde mediados de enero, que había estado apoyada por referencias como la confirmación de que China creció más de un 10 por ciento durante el último año, sin olvidar el descenso de las temperaturas, las tensiones geopolíticas y los posibles recortes de producción por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Por el momento, estos factores han vuelto a acercar al 'Brent' a la cota de los 60 dólares. Y, de nuevo, todo apunta a que volverá a rebasarla en breve. Sin embargo, los expertos no tienen tan claro que, a corto plazo, pueda ir mucho más allá. ¿El motivo? Las reservas de crudo y otros combustibles que ha acumulado EEUU en los últimos meses. En un momento dado, la mayor economía mundial siempre puede recurrir a ellas, algo que puede contener el ímpetu del crudo.