El capital libre en bolsa ha pasado del 89 por ciento de 2000 al 50 por ciento de este añoMetrovacesa y Sacyr son los claros ejemplosde compañías cuyo capital está estranguladomadrid. Estrangulamiento. Es el acto de ahogar a alguien oprimiéndole el cuello con fuerza hasta impedir la respiración. Cruel, ¿verdad? Pues ésta es la sensación que está experimentando el principal índice español, el Ibex 35. El fuerte auge de los movimientos corporativos ha provocado que las empresas y grandes familias hayan incrementado su participación en otras compañías, por lo que el capital libre en bolsa -también conocido como free-float- se ha estrechado de manera considerable. De hecho, ha pasado desde el 89 por ciento de 2000 al escaso 50 por ciento que tiene en la actualidad. Si existe una gran demanda de un valor, al haber menos títulos que comprar y vender las acciones de la compañía se encarecen de forma considerable y a su vez, el Ibex, que recoge la evolución de estas empresas, sube con fuerza. Los expertos aseguran que ésta es una de las causas por las que la bolsa repuntó un 31,7 por ciento en 2006, un comportamiento por encima del resto de los índices europeos. Un dato que demuestra esto es que el año pasado se aprobaron veinte opas (oferta públicas de acciones), por un importe de 100.500 millones, de las que trece salieron con éxito. Los bajos tipos de interés, unas valoraciones atractivas y la necesidad de diversificar han animado a las empresas españolas a ir de compras. Sin embargo, esta reducción del capital tiene un inconveniente: resta atractivo a la bolsa. La escasez de títulos provoca que los fondos de inversión se lo piensen dos veces antes de entrar en algunas compañías, ante el riesgo de quedarse atrapados en el valor en una tendencia bajista. Las más perjudicadasUn claro ejemplo de este escaso capital libre en bolsa se ha podido ver en Metrovacesa. La inmobiliaria vivió una dura pugna accionarial dentro de su propia empresa este otoño, ya que tanto su presidente, Luis del Rivero, como la familia Sanahuja lanzaron ofertas de compra. El resultado de las opas no cambió la jerarquía accionarial, pero sí redujo de forma drástica el free-float. De algo más de un 40 por ciento -un dato que no tiene en cuenta las participaciones inferiores al cinco por ciento-, que tenía antes de las opas se cayó hasta el 13 por ciento actual. Este estrangulamiento ha encarecido las acciones, que se convirtieron casi en materiales preciosos al subir un 150 por ciento en 2006.Este mismo comportamiento se ha repetido en Sacyr Vallehermoso. Detrás del repunte de 2006, cuando la compañía subió un 120 por ciento, se encuentra un fuerte estrangulamiento del valor, ya que sólo el 9 por ciento de su capital cotiza libremente en el parqué. El consejo tiene en sus manos el 75 por ciento, a lo que hay que unir lo que tienen los fondos de inversión que replican al Ibex. Según consta en la CNMV, Luis del Rivero posee el 13,75 por ciento del capital, José Manuel Loureda, un 13,5 por ciento; Juan Abelló, un 10 por ciento; Manuel Manrique, un 8,9 por ciento; Finavague, un 5,17 por ciento; Caixa Galicia, un 5 por ciento y existe una participación agrupada por el 8 por ciento. Además, la reciente compra de Mutua Madrileña, que ya tiene un 5 por ciento, provocó que cada vez sean menos los pequeños accionistas que tienen títulos. Eso sí, quien los tiene se ha hecho de oro, porque las acciones han pasado de cotizar a 19,86 euros a 45 euros en 2006.Otra de las empresas que también tiene pocos títulos libres es Banesto. La entidad tiene como principal accionista a Santander, con una participación del 88,44 por ciento, con lo que sólo tiene un free-float del 12 por ciento.A ésto se unen las participaciones del 5 por ciento que están tomando las grandes familias en las compañías ante las ventajas fiscales que obtienen, ya que gozan de exenciones en el pago de impuestos. Un claro ejemplo ha sido la familia Del Pino, que ha comprado éste porcentaje en Acerinox, Banco Pastor y Gamesa.