Lo adelantaron los expertos. "Si ven que una de las grandes sagas familiares de este país adquiere un tres por ciento de una empresa cotizada, es muy probable que no se quede ahí y vaya hasta el cinco por ciento", afirmaba Javier Jorge Maestro, coordinador de planificación patrimonial de BBVA Patrimonios el 30 de noviembre. Y no se ha equivocado. Ayer se conoció que la Familia del Pino -dueña de Ferrovial- había entrado por la puerta grande en Banco Pastor, Acerinox y Gamesa comprando un cinco por ciento de su capital, en un proceso de reorganización de su sociedad patrimonial familiar. Hace apenas un mes habían adquirido el mismo capital en Ebro Puleva e Indra, después de condensar toda la participación que controlan de Ferrovial en una única empresa. ¿Casualidad u optimización fiscal?Más bien lo segundo. Los expertos explican que la entrada en vigor del nuevo marco fiscal en 2007 puede provocar que los inversores en bolsa se acostumbren a ver a las grandes familias españolas a comprar participaciones justo del cinco por ciento en empresas cotizadas. En 2007, Hacienda sólo les reconocerá este tipo de inversiones como "empresariales" y, por tanto, se pueden beneficiar de ventajas fiscales en el Impuesto sobre Patrimonio y Sucesiones. El problema lo tienen con las Sicav (Sociedad de Inversión de Capital Variable) que integran en sus Family Office (sociedades o holdings empresariales que pertenecen a una familia). Hacienda no las considera inversiones empresariales, sino financieras, por lo que no tendrían las mismas ventajas fiscales. El dinero que está en ellas puede ir a buscar participaciones del cinco por ciento.