Parsley Energy, el productor tejano de petróleo de esquisto (shale) que extrae de los yacimientos de la Cuenca Pérmica por fracturación hidráulica, ha visto cómo sus acciones pierden en torno a un 11% en lo que va de año. De hecho, desde que marcó su máximo anual en los 20 dólares a compienzos de enero, ha caído hasta cotizar en la zona de los 16,8 dólares. "Cualquier fracker que quiera sobrevivir al año 2020 es mejor que se deshaga de los hábitos de antaño y se resguarde", escribe el columnista Liam Denning en Bloomberg, en referencia a las dificultades por las que atraviesa el mercado del petróleo, desde mucho antes que el coronavirus hiciese acto de presencia.Por el momento, los beneficios de Parsley ofrecen un descuento del 20% sobre la media del sector, que forman parte otras compañías como Concho, Valero, ConocoPhillips o Marathon Petroleum. El multiplicador de beneficios que incluye la deuda (ev/ebitda) se estima en las 4,4 veces para Parsley frente a la media de 5,5 veces de la industria. Parsley Energy presentó hace un par de semanas sus previsiones para 2020 y anunció que invertirá menos y producirá menos. Por un lado, la compañía estadounidense espera invertir entre 1.600 y 1.800 millones de dólares en su desarrollo, en comparación con el rango de 1.600 a 1.900 millones que había previsto tiempo atrás.Por otro lado, la previsión actual en lo que se refiere a la producción de petróleo pasará a ser de entre 125 y 133 millones de barriles frente al pronóstico anterior de entre 126 y 134 millones por año. Sin embargo, al analista Brian Singer, de Goldman Sachs, le gusta Parsley Energy por "una ejecución y un flujo libre de caja favorables, a pesar de la menor vida útil de los recursos".En un contexto difícil para el petróleo, con precios bajos y sensibilidad a las crisis, "la inmunidad se fomenta mejor con una cuenta de resultados saludable", subraya Denning. "En lo que se refiere a las empresas de producción y exploración, el endeudamiento de Parsley está relativamente bien", señala el experto, y recalca que "acabó el mes de septiembre con una deuda neta solo por debajo de las 1,9 veces el ebitda (beneficio bruto), y Fitch Ratings ya la incluye en su calificación de inversión". Por primera vez, Fitch ha asignado una calificación de BBB- a la deuda combinada de Parsley y de Jagged Peak, su última adquisición. "Las calificaciones de Parsley están respaldadas por los fuertes márgenes de contribución y los relativamente bajos umbrales de rentabilidad, la generación de caja positiva prevista, el crecimiento orgánico de la producción a dos dígitos, el rápido crecimiento de la base de activos, la estrategia conservadora de financiación de fusiones y adquisiciones y el calendario de vencimientos manejable", destacan desde Fitch.