"Excepto por el Reino Unido y el viento en contra de la divisa, esperamos que los resultados [anuales] estén en línea con nuestras expectativas", decía el consejero delegado de Ashtead, Brendan Horgan, durante la presentación esta semana de las cuentas del segundo trimestre del ejercicio, que para la compañía británica es su año fiscal 2020. El crecimiento de los ingresos en la primera mitad de 2019 ha sido "robusto", sobre todo en Estados Unidos, pero el "complejo" mercado británico, en el que las ventas disminuyeron un 2 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior, y un incremento notable en la deuda de la empresa, no convencieron a los inversores. La acción de Ashtead se desplomó un 6 por ciento el martes, hasta caer a las 22,20 libras, para repuntar ayer un 4 por ciento. No obstante, se ha asegurado una rentabilidad en 2019 del 40 por ciento, tras el máximo anual que registró hace unos días. Para quien desconozca la compañía, Ashtead se dedica al alquiler de equipamiento y maquinaria a terceros, desde grúas a compresores de aire, andamios y generadores; tanto para la construcción no residencial como para la respuesta ante catástrofes naturales o la gestión de grandes eventos. Un 89 por ciento de sus ingresos procede de su negocio en Estados Unidos y Canadá, según cálculos de Bloomberg. Sunbelt es su filial estadounidense y vio crecer sus ingresos en la primera mitad del año, hasta el final de octubre, un 15 por ciento interanual. "Ashtead demuestra una atractiva mezcla de fuerte crecimiento orgánico y alto flujo de caja libre, lo que impulsa las fusiones y adquisiciones y la opcionalidad de recompra", apuntan desde Jefferies. En conjunto, las ventas de todo el grupo en los primeros seis meses de su año fiscal 2020, que empezó en mayo, alcanzaron los 3.013 millones de euros, frente a los 2.539 millones del primer semestre del ejercicio anterior.En Ashtead indican que han tomado cartas en el asunto para "reorientar" el negocio de A-Plant –su división británica–, un negocio que representa una décima parte del total. Pero es gracias a la fortaleza de la economía estadounidense por lo que la compañía no ha parado de invertir en Norteamérica por medio de adquisiciones y aperturas. Las tres rebajas de tipos de este año y la reforma fiscal de Trump han espoleado su estrategia de expansión. En cuanto a la deuda, ha pasado en un año de los 4.300 millones de euros a cerca de 6.200 millones a fecha del 31 de octubre pasado; en parte por las inversiones pero también por la adopción de un nuevo estándard de contabilidad (el IFRS 16), lo que añadió alrededor de 1.000 millones de euros a la deuda.