Desde hace más de tres años, los mercados esperan la salida a bolsa de la que podría ser la mayor empresa de la historia por tamaño, la petrolera estatal de Arabia Saudí, Aramco. Este domingo, la compañía ha comunicado oficialmente su intención de salir a cotizar en la bolsa de Riad, planificada para el próximo diciembre. Aunque el anuncio parece ser el definitivo y la petrolera llevó a cabo una presentación oficial de la operación a menos de 30 días para que arranque el mes, todavía no hay un día concreto para la salida, ni una estimación oficial del reino saudí sobre la valoración de la compañía, de la que pretende vender un 5 por ciento del capital.De hecho, si se tienen en cuenta las estimaciones que han lanzado algunos bancos de inversión, es todavía más claro que el tamaño de Aramco sigue siendo una gran incógnita: Bank of America estima que la empresa valdrá entre 1,22 billones y 2,27 billones de dólares, Goldman Sachs la espera entre los 1,6 billones y los 2,3 billones de dólares, HSBC entre 1,59 billones y 2,1 billones, y BNP Paribas en el entorno de los 1,42 billones de dólares. Sanford Bernstein, que, a diferencia de las anteriores, no participa en ninguna fase de la operación, cree que la valoración justa estaría entre 1,2 billones y 1,5 billones de dólares.Según fuentes de Bloomberg, Aramco ha rebajado sus expectativas en cuanto al tamaño que tendrá la petrolera y parece que ya descartan que llegue a alcanzar 2 billones de dólares, como hacían en el pasado; según la agencia, estarían pensando en un tamaño entre 1,6 billones y 1,8 billones de dólares. Tomando como referencia los 111.100 millones de dólares que ganó Aramco en 2018 y la ratio PER (multiplicador de beneficios) media de 12,5 veces que esperan los expertos para las 10 petroleras más grandes del mercado en 2020, Aramco estaría valorada en 1,388 billones de dólares. Nuevos incentivosJunto al anuncio de la intención de salir a bolsa, Aramco ha publicado algunos cambios fiscales a los que se ha sometido, que pueden hacer más atractiva la operación para los inversores. A partir del año que viene, por ejemplo, pagará un impuesto del 20 por ciento en su negocio downstream, frente a la horquilla de entre el 50 y el 80 por ciento que estaría pagando hasta ahora. Además, el gobierno habría dejado exenta a la empresa de pagar un impuesto sobre un tipo de combustible que produce, al menos hasta 2033. Esta medida habría incrementado el flujo libre de caja en 4.500 millones de dólares en los primeros seis meses de este año. En 2018 la petrolera publicó un flujo libre de 86.000 millones de dólares. Aramco también se ha comprometido a incrementar el dividendo hasta los 75.000 millones de dólares el año que viene. En 2018 la petrolera repartió 52.000 millones.La salida a bolsa de Aramco de diciembre se llevará a cabo en Riad, y estará orientada a inversores institucionales y a minoritarios que sean ciudadanos saudís. Aramco estaría intentando atraer inversores del país ya que también ha anunciado que los ciudadanos que compren en la salida a bolsa y aguanten las acciones durante al menos 180 días, recibirán un título adicional por cada 10 que hayan adquirido. A finales de agosto The Wall Street Journal avisaba, citando fuentes de la compañía, que la operación se haría en dos fases, primero en Riad y luego en Tokio, y que se descartaba Londres y Hong-Kong por los problemas políticos que estaban atravesando estas dos plazas, con el Brexit y las protestas ciudadanas.Un camino lleno de 'baches'La salida a bolsa de Aramco lleva retrasándose 3 años. Las caídas que sufrió el petróleo, que tocó mínimos por debajo de 30 dólares a principios de 2016, hicieron que la compañía retrasase su venta en un principio. Con el crudo asentado en niveles más atractivos para la operación, la crisis por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018, y el ataque con drones a las instalaciones de Aramco este año, han podido retrasar la operación.