Como buen lector de literatura clásica, Boris Johnson sabe que los romanos llamaron Britannia al país que hoy gobierna, que Julio César intentó conquistarlo dos veces y que fue el emperador Claudio quien acabó incorporándolo al Imperio; pero el actual primer ministro también sabe que es muy probable que sea él quien dirija al Reino Unido fuera de la Unión Europea. A quince días de la fecha límite, los rumores crecían ayer sobre la posibilidad de que Londres y Bruselas estuvieran muy cerca de alcanzar un acuerdo antes del Consejo Europeo de mañana jueves, que incluiría una solución para la frontera irlandesa –ver página 17–. Las principales bolsas europeas descorcharon el champán y se anotaron subidas por encima del 1 por ciento, incluido el EuroStoxx 50, que repuntó un 1,2 por ciento con respecto al lunes, aunque acabó por desinflarse ligeramente en el último momento. Finalmente, el índice se quedó en los 3.598 puntos, al borde de superar el nivel clave de los 3.600 puntos, que, de sobrepasar, abriría un escenario alcista, con ascensos adicionales de hasta un 8 por ciento desde su cotización actual, "mientras no se pierdan los mínimos de octubre", pone como condición Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. El analista se refiere a los 3.413 puntos, que registró el índice europeo hace apenas dos semanas. Los bancos europeos empujaron con fuerza –BNP Paribas, Société Générale, BBVA–, siendo el Santander el valor que avanzó con más ímpetu en el EuroStoxx, en torno a un 3,8 por ciento. Pero el impulso llegó en igual medida desde otras firmas líderes en sus sectores, como Kering, ASML, BMW y Daimler, todas ellas con subidas próximas al 3 por ciento. El EuroStoxx 50 acumula una rentabilidad del 20 por ciento en lo que va de ejercicio, en línea con el Dax 30 alemán, el Cac 40 francés y el Mib italiano, que es el índice que más gana de todo el año (en torno a un 22 por ciento). La subida diaria del índice germano alcanzó el 1,15 por ciento con respecto al día anterior, mientras que el Ibex 35 también repuntó un 1,2 por ciento, hasta los 9.356,10 puntos, aunque no consiguió sobrepasar la rentabilidad del 10 por ciento, permaneciendo de este modo como el indicador bursátil con menor avance entre los cinco grandes del continente en lo que va del ejercicio. La caída de la volatilidad por quinta jornada consecutiva contribuyó a sosegar los mercados. El índice de volatilidad de la Bolsa de Chicago (Vix) se deslizó hasta los 12 puntos, niveles de julio, y muy cercanos a los mínimos anuales. Si se hace un ejercicio de comparación, se observa, por ejemplo, que el mercado no está tan agitado ahora como durante la fuerte corrección bursátil de diciembre, cuando rebotó hasta los 36 puntos; o cuando tocó los 40,7 puntos durante la devaluación china de agosto de 2015. A la espera de Estados UnidosTodavía está por ver si el Euro-Stoxx superará los 3.600 puntos al término de la sesión de hoy –ayer le separaban sólo dos puntos básicos–. Sin embargo, aún faltaría que la bolsa estadounidense rompa también las resistencias que encuentra en la zona de sus máximos históricos para que se abra ese escenario alcista de aquí a final de año. Los tres ases de Wall Street cotizaban con ascensos superiores al 1 por ciento a media sesión del martes. El Dow Jones se acercaba a los 27.050 puntos y se quedaba a una distancia del 2 por ciento de la zona de máximos históricos que encuentra en los 27.600 puntos. Por su parte, el S&P 500 rozaba los 3.000 puntos y le separaba un 1,7 por ciento de sus mejores niveles de todos los tiempos. Si los asuntos del Brexit y la guerra comercial se resuelven en los próximos días, Wall Street podría entrar en subida libre y olvidarse de la fase de consolidación que viene desarrollando desde hace un mes. "Sería preciso que un eventual rebote lograra romper los máximos de julio y septiembre en la zona de los 3.020 puntos y posteriormente y la resistencia creciente que viene dominando desde enero de 2018 y que discurre ahora por la zona de los 3.050 puntos del S&P 500", explica Joan Cabrero. Si bien hace unos días parecía que se había iniciado una corrección en las bolsas, el escenario podría estar cambiando. No obstante, "mientras no se superen esas resistencias no nos sorprendería que después del rebote de corto plazo se desarrolle una caída adicional que, al menos, podría llevar al S&P 500 a buscar la zona de soporte de los 2.800 puntos", concluye el experto.