El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, acudió a Madrid junto a Charles Evans, presidente de la Reserva Federal de Chicago, en un encuentro en el que los dos banqueros centrales debatieron sobre los retos a los que se enfrenta la política monetaria en el contexto económico y geopolítico actual. De Guindos avisó del grave peligro que supone el Brexit y considera que es "el principal factor de la desaceleración del crecimiento en Europa".Guindos aprovechó la ocasión para repetir la petición del BCE de que los gobiernos arrimen el hombro y colaboren en el intento de estimular la economía de la zona euro. "Existe la necesidad de que los países que tienen espacio fiscal actúen de manera efectiva, y que todos los países aumenten sus esfuerzos para alcanzar una composición de las finanzas públicas que apoye el crecimiento", explicó, avisando de que cuando ocurren "shocks idiosincráticos, que no afectan a todos los países, es más difícil el proceso de estabilización, ya que la política monetaria no puede orientarse hacia un país en concreto".Cuidado con el 'Brexit'Esa es una de las razones que llevan a Guindos a estar especialmente preocupado por la salida del Reino Unido de la Unión Europea. "Uno de los riesgos a los que se enfrenta la eurozona es el Brexit. Creo que el mercado infravalora la posibilidad de que se produzca una salida sin acuerdo", y avisaba de los límites que tiene el BCE para lidiar con esta cuestión. "Los bancos centrales no podemos enfrentarnos a todos los problemas del mundo. El Brexit es algo que no tiene nada que ver con la política monetaria. Podemos dar liquidez y eso suavizará el impacto de una salida sin acuerdo, pero no somos todopoderosos", explicó.Para él, "el principal factor de la desaceleración en la eurozona es el Brexit. Creo que no hemos medido del todo bien el impacto que el Brexit está teniendo en Europa continental. Estamos infravalorando su impacto. Temo que, si hay un Brexit duro, el impacto será mucho mayor del que estamos descontando", explicó.El banquero central estadounidense, por su parte, alabó la fortaleza de la economía americana, pero no hizo de menos los riesgos a los que se enfrenta. "Las inversiones en capital no están yendo bien. Los negocios están nerviosos por las tensiones comerciales, y el índice de manufacturas esta semana ha confirmado una caída", señaló el experto, quien también avisó de que prestará mucha atención al dato de empleo que se publicará hoy.Para él, la política monetaria estadounidense es ahora ligeramente acomodaticia, tras los dos recortes de tipos. "Nuestro posicionamiento es ahora bueno para la economía estadounidense. Ajustar la política ayuda a los negocios, a los consumidores y a los empleadores". Sin embargo, como Guindos, avisa de que los bancos centrales tienen sus límites: "Si hay un evento que genere un shock en la economía global, no vamos a ser suficientes, aunque hayamos ayudado", señaló.Respecto a la comunicación de los bancos centrales a los mercados, en un momento en el que el BCE parece estar más dividido que nunca en la era Draghi, el estadounidense valoró la utilidad del dot plot (gráfico que muestra dónde cree cada miembro de la Fed que van a estar los tipos de interés en los próximos años), que el BCE ha valorado implementar en los últimos años. "Creo que el dot plot ha sido positivo. Hay críticas de gente que cree que no lo es, que valoran como algo muy negativo el que se produzcan distintas opiniones sobre dónde van a estar los tipos en el futuro. Mi opinión es que es una forma de aumentar la transparencia. Si se pretende que haya unanimidad en las discusiones, entonces no se deberían pedir distintos puntos de vista", aseguró Evans.