Todos los grandes asuntos que desvelan a Europa, y sus protagonistas, estarán de algún modo representados esta semana en Nueva York, donde comienza la Asamblea General de las Naciones Unidas, aunque, técnicamente, se trate de territorio internacional, es decir, no estadounidense. Allí se hablará, sin duda, de la economía alemana y las señales que apuntan a una recesión. A raíz de eso, las bolsas europeas estrenaron el otoño con una caída del 1 por ciento con respecto al cierre del viernes pasado. ¿El motivo? El frenazo de la industria alemana, como muestran los índices de gestores de compras o PMI (por sus siglas en inglés) publicados ayer. La economía del Viejo Continente sigue en contracción y se encuentra en su menor nivel de producción desde junio de 2009, es decir, desde hace más de una década –ver página 48–. Ante este panorama, tanto el Ibex 35 como el EuroStoxx 50 registraron un descenso en el parqué del 0,9 por ciento en el primer día de cotización de la semana, que llevó al selectivo español a perder el nivel psicológico de los 9.100 puntos y al europeo a deslizarse hasta los 3.536 puntos, una evidencia de que "el rebote de las últimas semanas presenta signos de agotamiento", en palabras de Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. Un descenso que, aunque considerable, permite al EuroStoxx conservar una rentabilidad anual del 18 por ciento, ligeramente por debajo del 19,5 por ciento del índice de referencia italiano y algo por encima del 17 por ciento que gana el Dax alemán. "No nos sorprenden [los descensos de ayer] después de que la semana pasada se alcanzaran resistencias clave de medio plazo, como los altos del año en el EuroStoxx 50 de los 3.575 puntos", destaca Cabrero, "que es junto con los 3.600 puntos la resistencia que debe superar para que podamos confiar en ascensos sostenibles en próximos meses"."Ya advertíamos que con la actual sobrecompra es difícil que este entorno sea superado sin que exista antes una corrección o amplia consolidación", recuerda el analista, quien considera que tras el cierre bajista de los índices europeos del lunes "seguimos teniendo claro que no es momento de comprar bolsa, ya que hacerlo tan cerca de una resistencia clave es un despropósito en términos de ecuación rentabilidad riesgo". De hecho, la ecuación manifiesta este desequilibrio, con una distancia del 1 por ciento desde niveles actuales hasta el rango de los 3.575 a los 3.600 puntos frente al 9,5 por ciento que separa al EuroStoxx de su zona de soporte, esto es, los mínimos de agosto, en la zona de las 3.200 unidades. Sin embargo, aunque la caída en Europa aproxime a su principal indicador bursátil a su soporte, no conviene lanzarse a comprar renta variable hasta que Wall Street no supere sus máximos históricos, los que presenta en los niveles de los 27.600 puntos del Dow Jones y los 3.050 enteros del S&P 500. Ambos indicadores cotizaban en positivo, aunque muy justitos, a media sesión del lunes, a una distancia de alrededor del 2 por ciento de los mejores niveles de su historia. En caso de que Estados Unidos rompiese, la zona de compra de los índices europeos se elevaría como consecuencia. Durante la jornada bursátil en Europa, los bancos estuvieron entre los más castigados –ver página 44– y el euro perdía el cambio de 1,10 dólares, algo que no sucedía desde el pasado 3 de septiembre. En lo que va de ejercicio, el dólar ya se aprecia un 4,3 por ciento sobr el euro.