El euro disputó este jueves el partido de ida de su último enfrentamiento con el dólar en su feudo, con la reunión del Banco Central Europeo (BCE) de fondo (ver página 72), sin que el resultado sirva para definir la tendencia del cruce de divisas de cara a los próximos meses. En un primer momento, la moneda común se llegó a depreciar hasta un 0,43 por ciento, hasta los 1,11 dólares, ante la nueva ronda de estímulos monetarios adelantada por la institución que preside Mario Draghi. Poco después, el euro reaccionó al alza, llegando a tocar los 1,119 dólares, movido por la indefinición de las medidas que supuestamente el BCE tomará en septiembre, y quedó en manos del impacto que la Reserva Federal (Fed) tenga sobre el dólar en el partido de vuelta de la próxima semana, cuando anunciará su hoja de ruta para amortiguar la desaceleración del crecimiento económico."No hubo fuerza suficiente para romper los 1,11 dólares", observa Pedro Servet, CEO de 25Delta EAF, quien señala este nivel un suelo clave para el par de monedas. En esa zona, que se corresponde con los mínimos del año, se ha frenado el euro hasta en tres ocasiones en los últimos tres meses. "Esta zona es un importante nivel psicológico marcado por los inversores como el valor más favorable para poner órdenes de mercado", reconoce Olivia Álvarez, analista de Monex Europe, quien considera que "las expectativas de una relajación de los tipos de la Fed el 31 de julio probablemente refuerza la confianza sobre este valor crítico".Sin embargo, "la tendencia es positiva para el dólar a corto plazo por la mayor debilidad de la eurozona respecto a Estados Unidos", considera Pedro Servet. "Con una inyección de soporte monetario del BCE en camino, esperada con alta probabilidad para el encuentro de septiembre y destinada a permanecer por un tiempo prolongado, la resistencia de la divisa a caer por debajo de los 1,11 dólares podría ponerse a prueba", añade Olivia Álvarez.A largo plazo, la expectativa media para el euro de los analistas del consenso que reúne Bloomberg apunta a una apreciación hasta los 1,19 dólares, hasta donde existe un potencial alcista del 7 por ciento. Una proyección principalmente basada en que el cruce entre el euro y el dólar dependerá en los próximos meses de la Fed, cuya vuelta de tuerca en sentido acomodaticio a su política monetaria implicaría una bajada del precio oficial del dinero, incluso a partir de la reunión de la próxima semana. Este recorte, que se traduciría en un estrechamiento del diferencial de tipos entre Estados Unidos y Europa, haría menos atractivo invertir en activos denominados en la divisa norteamericana.