Bolsa, mercados y cotizaciones

Si ACS va ahora a por Iberdrola la comprará más barata que en sus anteriores asaltos



    La eléctrica ha logrado recuperar más de un 20 por ciento en bolsa desde sus mínimos y ha visto cómo muchos inversores institucionales movían acciones de su capital. Pero lo que realmente puede darle vida ahora es precisamente la intención de uno de sus principales accionistas de asaltar su capital: tras la venta de un 15% de Abertis, ACS está un paso más cerca de lanzarse a la conquista de Iberdrola. La valoración de la eléctrica, que ha desplomado en los últimos meses hasta situarse actualmente en su nivel más bajo de los últimos cuatro años podría haber hecho suelo. Es el momento que debe aprovechar Florentino si no quiere que se le encarezca la operación.

    Ha sido un camino muy largo hasta llegar aquí. Hace escasos días ACS lograba desprenderse de su filial de puertos por 720 millones de euros. Ahora, por fin ha encontrado el atajo para deshacerse de parte de su capital en Abertis para obtener liquidez sin tener que lanzar una opa por el 100% junto a sus socios iniciales, CVC y Criteria. Finalmente, con la venta de un 15 por ciento al fondo de capital riesgo británico y el resto a otra sociedad controlada por la constructora, ACS obtendrá en torno a 1.700 millones de euros.

    Una liquidez que podría destinar en parte a mejorar su solvencia (es una de las constructoras más endeudadas del mercado español, sus compromisos financieros representan, según estima el consenso de mercado, 6,6 veces su beneficio bruto de explotación), pero otra muy importante podría tener como destino la fortaleza de Sánchez Galán.

    En cualquier caso, decida gastarse el dinero en ello -"para ACS la operación es positiva por la reducción de la deuda que se produciría (pasaría de 6,1 veces a 4,9 veces deuda/ebitda), si bien no valoraríamos positivamente que se empleasen los fondos levantados para incrementar su participación en Iberdrola", señalan los expertos de Banco Sabadell-; o decida mejorar su balance, la inyección de dinero le pone las cosas más fáciles. ACS ya anunció que podría emitir convertibles hasta finales de año y éstas serían más baratas cuánto menor sea su endeudamiento, porque los inversores le exigirían menos intereses. Con ese dinero o con lo de Abertis ya tiene suficiente para dar un mordisco más a Iberdrola.

    Mucho más barata ahora

    Así, si ACS decidiese destinar todo el dinero de la operación a incrementar su posición en Iberdrola, podría comprar un 5,65% del capital de la eléctrica adicional (actualmente controla un 12,6% de la compañía), por lo que ya estaría más cerca de ostentar el 20 por ciento del capital. Y estaría comprando los títulos a mejores precios a los que lo hizo en el pasado.

    En la primera, cuando compró algo más de un 7 por ciento de su capital, pagó la operación a cerca de 20 veces los beneficios de la compañía. En las diversas operaciones de acuerdos privados que firmó entre diciembre de 2007 y marzo de 2009, la compañía cotizaba en bolsa a 14,2 veces su beneficio. Ahora, y a pesar del último rebote, la rebaja de valoraciones de los analistas y el golpe que supuso el anuncio de la revisión del marco regulatorio eléctrico, la ha dejado cotizando a 10,2 veces sus beneficios estimados. Es decir, mucho más barata y con mayor potencial alcista que el medio de los últimos cinco años.

    Nunca valía tan poco para los expertos desde 2006

    Desde junio de 2006, los analistas no valoraban a un precio objetivo tan bajo a la empesa presidida por Ignacio Sánchez Galán no obtenía una valoración tan baja como la actual, 6,45 euros por acción. Entonces, ni siquiera había sacado a bolsa a su filial de energías renovables (Iberdrola Renovables). De hecho, las últimas firmas de inversión que revisaron su precio objetivo (Espirito Santo, Sabadell, Banesto, Caja Madrid y Société Générale) lo han recortado. Si bien es cierto que las que se han producido en el último mes no han sido tan drásticas, al situarse entre el 3 y el 9 por ciento. Eso sí, la media de valoraciones emitidas desde que comenzó agosto se sitúa en los 6,74 euros, un nivel, aún así, también históricamente bajo para la eléctrica.

    El hecho de que los analistas valoren a la compañía en su nivel más bajo de los últimos cuatro años, no implica, sin embargo, que Iberdrola se haya quedado sin potencial. Los 6,45 euros en los que se sitúa ésta le otorgan un recorrido al alza en bolsa del 16,7 por ciento todavía. Un potencial que es incluso superior al que ha presentado la eléctrica en los últimos cinco años de media (11,5 por ciento, según datos de FactSet) y que podría ser elevado en la misma proporción en que ACS vaya avanzando casillas en el tablero rumbo a la eléctrica.

    Además, a la Iberdrola de ahora le separa también otra cosa importante de la que era en 2006: y es que, si Florentino Pérez decide lanzarse a por ella, lo hará en un momento en que la compañía es más atractiva por precio. Con la misma valoración que hace 4 años, Iberdrola es más suculenta en la actualidad, atendiendo a su PER (número de veces que el beneficio se contiene en el precio de la acción). En 2006 el inversor pagaba por la eléctrica 14,7 veces su beneficio (y, además, había agotado su potencial alcista), mientras que ahora cotiza a un PER de 10,6 veces.

    Y eso teniendo en cuenta que la eléctrica ganaba en aquella época en torno a 1.700 millones de euros, frente al beneficio de 2.800 millones previsto para el ejercicio actual. Precisamente éste es uno de los objetivos de ACS: poder alcanzar el 20 por ciento de la compañía para llevar a su cuenta de resultados ese porcentaje de su beneficio.

    Pero que se dé prisa

    Gran parte del lastre al que tuvo que hacer frente Iberdrola y que ha hecho daño tanto a su cotización como a su valoración, ha sido la incertidumbre en torno a una reforma del marco regulatorio del sector energético. También, por la parte que le toca en energías renovables, puesto que el recorte de primas anunciado por el Gobierno para el sector afecta negativamente a su filial.

    Ambos aspectos pusieron contra las cuerdas a su cotización en bolsa, aunque tras conocerse que la rebaja de primas no será retroactiva es la primera medida, todavía sin concretar, la que podría continuar ensombreciendo su evolución y su valoración a partir de que comience el nuevo curso político. "Todavía vemos varios riesgos importantes en el caso de Iberdrola (...) como la próxima reforma energética, que puede afectar negativamente al rendimiento de inversiones pasadas y futuras", señala el equipo de análisis de Barclays.

    Sin embargo, algunos expertos ya ven algo positivo en este asunto, como JPMorgan, quien no cree que "las discusiones entre el Gobierno y el Partido Popular lleguen a desembocar en un acuerdo sobre el llamado Pacto de Energía en España" y eso ha provocado que el banco de inversión sitúe su recomendación sobre Iberdrola en sobreponderar, ya que espera que "una vez que se despejen las preocupaciones acerca del entorno regulatorio, creemos que las estimaciones del consenso de mercado tendrían que ser incrementadas significativamente para Iberdrola".