Bolsa, mercados y cotizaciones
Por qué los bonos cuentan una historia mejor que la de la bolsa
- Las acciones suben, pero las perspectivas para la deuda son mucho mejores
Los analistas de la mayoría de los bancos de inversión han aprovechado la subida de la bolsa en julio para alentar a los inversores a abandonar sus posiciones masivas en deuda pública (en la que entraron en busca de refugio ante los bandazos de la renta variable) para entrar en acciones.
Sin embargo, su mensaje de que la bolsa cuenta una historia positiva sobre la economía está siendo desmentida por casi todos los datos que se publican.
Como hemos dicho muchas veces en Bolságora, los bonos suelen ser mucho más fiables a la hora de predecir la evolución de la economía que las bolsas. Y los bonos también ganaron con fuerza en precio (su rentabilidad bajó) en julio. El tipo del bono a dos años, que se mueve según las expectativas de tipos de la Fed, ha marcado mínimo histórico. Y es algo general en la curva de tipos: los tipos hipotecarios a 30 años cayeron al 4,49% la semana pasada, el nivel más bajo desde que existen datos (que empezaron a recopilarse en 1971).
La razón para este movimiento es que la recuperación de la economía se ha frenado claramente, como han evidenciado prácticamente todos los datos económicos del último mes, empezando por la ralentización del PIB en el segundo trimestre.
"¿Por qué los inversores minoristas, muchos de ellos de la generación del 'baby boom', que han visto cómo sus acciones perdían más del 50% dos veces en los últimos 10 años, iban a dejarse llevar por la propuesta de que la bolsa es la mejor inversión ahora que la economía vuelve a debilitarse?", se pregunta Nick Godt, jefe de mercados de MarketWatch.
Se prevé deflación
Godt prosigue diciendo que no hay muchas posibilidades de que el Gobierno incremente el gasto público para incentivar el crecimiento. De ahí que cada vez más analistas, incluyendo el famoso gurú de Pimco Bill Gross, hayan lanzado predicciones de deflación para el próximo año.
A este bando se unió la semana pasada el presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, que se desdijo de sus anteriores temores inflacionistas. Unas declaraciones que impulsaron las expectativas de que el banco central tome nuevas medidas de estímulo, como volver a comprar bonos en mercado.
Dave Rosenberg, antiguo analista de Merrill Lynch y ahora en Gluskin Sheff, cree que los motivos de la Fed para hacerlo cada vez son mayores. De ahí que lanzara esta recomendación: "¡Compren bonos ahora!".
Unos mayores estímulos monetarios de la Fed no harían daño a la bolsa, desde luego. "Pero hasta que no haya un escenario económico más claro, es un argumento muy poco convincente para que los inversores se salgan de los bonos", concluye Godt.