Zapatero emplazó al mercado a que se fijara en el dato de evolución de la economía que se publicara el viernes. Y sí? hemos conseguido crecimiento intertrimestral. Si bien la noticia ha frenado la sangría bursátil, las tensiones en el mercado de renta fija no se relajan. La rentabilidad del bono español vuelve a subir y no de forma exclusiva. El portugués se mantiene por encima del 6 por ciento. Esto no varía la estrategia. Esperar para entrar en bolsa y fijarse en la renta fija estadounidense. Lo de Europa, y la crisis del euro, puede ir para largo e incluso cambiar las actuales previsiones de tipos de interés para Estados Unidos."Lo que el mercado necesita no es un dato intertrimestral de crecimiento, que pertenece al pasado, sino un plan de ajuste claro del déficit", explica Miguel Freijo desde IG Markets. Un trabajo, que, por el momento, los inversores creen que España no ha realizado. "Es difícil que los inversores vuelvan a nuestro país sin saber, aunque sea un dato anecdótico, si España va a recortar un 10 ó un 20 por ciento el sueldo de los funcionarios; es decir sin saber cómo va a recortar el déficit", añade. Porque, aunque España está confirmando que no es como Grecia (de forma tímida se crean puestos de trabajo y la economía frena la contracción) por ahora "no es otra cosa más que un síntoma de que estamos estancados y hasta que no crezcamos a un ritmo del 3% es difícil. A ese ritmo, ella nos haría los deberes, incrementando los ingresos y reduciendo el déficit, pero estamos lejos de conseguirlo", opina Félix González, desde Capitalia Familiar. El mercado sigue presionando Y, como no podía ser de otra manera, la mejor demostración es el mercado de bonos: que está pidiendo que se presente un plan de estabilización creíble. Que la economía española deje atrás la contracción, no importa tanto cómo saber qué va a ser de ella en el futuro. Al fin y al cabo quienes compran deuda, especialmente a largo plazo, están asumiendo el riesgo de lo que pueda pasar el futuro. Y en esto están siendo categóricos. El bono español vuelve a marcar máximos este año en paralelo al portugués. El uno roza el 4,43 por ciento; el otro, cotiza al 6,28 por ciento (por cierto que cotizando alrededor de 100 puntos básicos más se forzó el rescate griego). Con este contexto sobre la mesa, y aún a pesar de que no se descarta un rebote bursátil especialmente si Wall Street se recupera de la debacle del jueves, las precauciones respecto a la inversión en la zona euro son todas. Incluido el euro. Se empieza a pensar incluso en que podría caminar hacia la paridad "que en términos de poder adquisitivo y tipos de interés ya no está tan lejos porque se ubica en la zona de los 1,2 dólares", indica Félix González, desde Capitalia. El contagio es posible La crisis actual, que es más europea que otra cosa, no quiere decir que pueda ser exclusiva del Viejo Continente. Grecia o incluso Portugal son pequeños, pero una crisis de confianza hacia España que debilitara a la zona euro no pasaría inadvertida en otros mercados. Los expertos creen que es el BCE quien tiene la llave para poder atar la crisis. En su reunión del jueves habló de que no se plantea comprar deuda pública (algo que sí hizo la Reserva Federal para evitar que se disparara la rentabilidad de lo bonos); entre otras razones, porque no puede legalmente; pero si tiene potestad para algo: recurrir a la banca para que lo haga. De alguna manera, Trichet ya ha dado ese paso adelante. Al tomar la decisión de indicar que aceptaba los "bonos basura" griego como colateral para obtener financiación estaba intentando evitar que las entidades financieras dejaran de comprar deuda helena. Claro que esta decisión puede tener otra consecuencia "que los bancos no muevan el crédito a la economía", apunta González. Sólo es lista de posibles Que existan tantas preguntas sobre la mesa abiertas no es sinónimo de que lo peor vaya a pesar, pero sí que existen suficientes incertidumbres como para pensar que la bolsa europea pueda tener muchas cosas que digerir. Y, ante ello, no queda otra solución más que ser prudente y aprovechar lo que pueda pasar. Por ejemplo, la huida hacia la calidad que se está produciendo hacia la deuda pública americana, donde están cayendo los rendimientos. De hecho, si la crisis se recrudece, una alternativa sería rotar la cartera hacia fondos de renta fija norteamericana. No sólo para intentar evitar los altibajos que se están viendo en la deuda europea, sino para aprovechar lo que le pueda quedar por subir al dólar respecto al euro. Porque, si la crisis del Viejo Continente afecta a algún país como España, Alemania y Estados Unidos tendrían que protegerse. Y se empieza a especular, al menos, con la posibilidad de que las subidas de tipos, al menos, se retrasen al otro lado del Atlántico. "En ese caso, la deuda pública americana sería todavía más interesante, porque las rentabilidades caerían, subiendo el precio de los bonos emitidos", apunta Félix González, desde Capitalia. No obstante, previene de que esta estrategia puede ser todavía pronto para hacerse.