Sarkozy se vuelca cada vez más a la derecha
Pero un nuevo aumento en el desempleo a su nivel más alto desde septiembre de 1999 dio otro golpe a los esfuerzos del conservador Sarkozy para alcanzar al candidato favorito, el socialista François Hollande, antes de la segunda vuelta de la elección presidencial del 6 de mayo.
Sarkozy está en camino de convertirse en el primer presidente francés en perder un intento de reelección en más de 30 años, en parte debido a la complicada economía. El número de desempleados aumentó por décimo primer mes consecutivo en marzo a 2,88 millones, un 7,2 por ciento más en un año.
Las últimas encuestas de opinión, publicadas 10 días antes de los comicios decisivos, sugirieron que la estrategia de Sarkozy de cortejar a los 6,4 millones de personas que votaron por la candidata de extrema derecha Marine Le Pen en la primera ronda del domingo pasado estaba generando muy poco impacto.
La encuesta de TNS-Sofres mostró que Hollande, que ganó el domingo la primera vuelta, mantiene una ventaja de 10 puntos con un 55 por ciento de intención de voto ante la segunda vuelta del 6 de mayo.
Una segunda encuesta de CSA mostró al socialista ganando con un 54 por ciento frente al 46 por ciento de Sarkozy.
"Todas las condiciones están para una victoria", dijo Hollande, quien ha logrado un tono cada vez más presidencial después de ganar la primera vuelta, en el canal de televisión France 2.
"El presidente saliente dijo que sería juzgado por el desempleo, y lo será. Prometió reducir el desempleo a un 5 por ciento y está en un 10", agregó.
Le Pen, cuyo electorado puede ser clave para la elección del próximo presidente tras lograr un 17,9 por ciento el domingo, trató de obtener concesiones de Sarkozy antes de anunciar su posición para la segunda vuelta, desafiándolo a no bloquear el camino de su partido en las elecciones parlamentarias.
Ambos finalistas han cortejado a los votantes de Le Pen, pero los acercamientos de Sarkozy han sido mucho más directos, al decir que respeta a los votantes del Frente Nacional y que no critica el voto a un partido que durante muchos años ha sido estigmatizado.
Le Pen ha dicho que se pronunciará sobre su elección para la segunda ronda en la tradicional marcha "Juana de Arco" del Frente Nacional el 1 de mayo, e instó a Sarkozy a aclarar su posición acerca de las elecciones parlamentarias en junio.
LE PEN SIN RESPUESTAS
El Frente Nacional espera ganar sus primeros asientos en el Parlamento desde 1986, cuando un experimento con una representación proporcional le dio 35 diputados.
"En caso de una segunda ronda entre el Frente Nacional y los socialistas, ¿preferiría el partido UMP y el presidente que fuera elegido uno de mis diputados o un socialista?", preguntó Le Pen en RTL radio.
"Aún no tengo una respuesta a esas preguntas. Estoy esperando. Esa es una pregunta que mis votantes quieren conocer. Cómo me exprese dependerá de la respuesta", agregó.
Hollande, que dijo que entendía la exasperación de los votantes ante el alto desempleo y una creciente brecha entre ricos y pobres, culpó a Sarkozy de fomentar la extrema derecha al imitar su postura agresiva en materia de inmigración e identidad nacional.
Dijo que estaba abierto a una alianza con el Frente de Izquierda, respaldado por los comunistas, por los escaños en el Parlamento para vencer a la extrema derecha donde los candidatos del Frente Nacional están mejor posicionados.
Sarkozy retomó el jueves otra de las propuesta de Le Pen, pidiendo un cambio en la ley que permita que se presuma como "legítima defensa" la acción de policías en servicio que disparen contra sospechosos, a menos que se demuestre lo contrario.
SIN TRATO
Las encuestas de opinión muestran que los votantes del partido de centro derecha UMP están a favor de un acuerdo con Le Pen, pero el presidente descartó el miércoles cualquier trato que otorgara a la ultraderecha puestos en el Gobierno o supusiera ayudarles a ganar escaños en las elecciones legislativas de junio.
Cuando se le preguntó sobre la posición de Le Pen, Sarkozy dijo que el UMP tendrá sus propios candidatos en cada distrito, por lo que la elección entre el Frente Nacional y los Socialistas no será un problema.
Si se repitieran los resultados del domingo pasado en la votación parlamentaria, el Frente Nacional podría dividir el voto de la derecha en muchos distritos electorales, potencialmente diezmando al UMP de Sarkozy.
La posible victoria de Hollande ha puesto nerviosos a los mercados financieros, aunque el socialista de 57 años insiste en su compromiso de equilibrar el presupuesto de Francia para 2017.
La revista británica The Economist apoyó el jueves a Sarkozy, calificando a Hollande "bastante peligroso".
"Un presidente francés tan hostil al cambio podría socavar la voluntad de Europa de proseguir con las dolorosas reformas que eventualmente debe adoptar para que el euro sobreviva. Eso lo convierte en un hombre bastante peligroso", dijo en un editorial.
Sarkozy necesita el apoyo de alrededor de un 80 por ciento de quienes votaron a Le Pen en la primera ronda para ganar. Pero la encuesta TNS-Sofres mostró que sólo un 51 por ciento harían el cambio, menos del 70 por ciento que lo respaldó en el 2007.
En una carta abierta a ambos candidatos, Le Pen dijo que no era la dueña de sus votos en la primera ronda y que era ilegítimo que sus seguidores fueran calificados como "xenófobos".
En un revés para Sarkozy, el candidato centrista Francois Bayrou, que quedó en quinto lugar con un 9,1 por ciento, acusó al presidente de ser "absurdo y ofensivo" al comparar a sus votantes con los de Le Pen e hizo un llamamiento el miércoles para una campaña más civilizada.