Los islamistas egipcios, a afianzarse en la última votación
Los egipcios votaron por segundo día consecutivo el miércoles en la fase final de la elección de la Cámara Baja, las primeras elecciones legislativas libres desde que los oficiales del Ejército derrocaron a la monarquía en 1952.
La elección escalonada es parte del plan de los militares para entregar el poder a los civiles antes de julio, poniendo fin a una turbulenta transición que comenzó con el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak en febrero del año pasado tras un levantamiento popular.
Tras ser recibidos como héroes que ayudaron a sacar del poder al líder autocrático, los generales se enfrentan ahora la ira por su gestión de las protestas que han dejado 59 muertos desde mediados de noviembre y de una crisis económica que está empeorando la situación de los pobres.
Para millones de egipcios pobres, el historial de trabajo en temas de caridad de los Hermanos Musulmanes en zonas ignoradas por el Gobierno de Mubarak sugieren que la agrupación cuidará de sus necesidades si llega al poder.
En el barrio obrero de Shubra al-Khaima, ubicado en el límite norte de El Cairo, los ciudadanos hacían una larga fila para votar.
"Voté a favor de los Hermanos Musulmanes. Ellos tienen experiencia en la gestión política y estoy convencido de que empezarán a aplicar reformas serias", dijo Fawzi Mohamed, un pensionista.
El Partido Libertad y Justicia (FJP), brazo político de los Hermanos Musulmanes, ha liderado dos de las tres rondas de votación y el surgimiento de partidos islamistas en las elecciones ha llevado a Occidente a mostrarse preocupado por el futuro.
El partido islamista de línea más dura al-Nour se encuentra segundo en la votación hasta ahora, pero algunos analistas creen que los Hermanos Musulmanes pueden tratar de construir una coalición con los grupos liberales.
Esto podría aliviar las preocupaciones locales y de Occidente por el aumento de poder de los islamistas en un país cuya economía está apoyada por el turismo.
"El partido ganador de la mayoría en el nuevo Parlamento no significa que escribirá solo la Constitución, sin tener en cuenta los derechos de los egipcios o haciendo caso omiso de las fuerzas políticas que no consiguieron una mayoría en las elecciones parlamentarias", dijo el líder del FJP, Mohamed Mursi.