La nueva primera ministra danesa hace malabares con la izquierda
Los periódicos daneses cuestionaron de inmediato la longevidad de su coalición, señalando las agudas diferencias entre los partidos del llamado "bloque Rojo", que incluye desde centristas a la extrema izquierda.
Con una victoria trabajada en lugar de arrolladora, Thorning-Schmidt aprovechó la irritación del votante por el estado de la economía y expulsó del poder el jueves al primer ministro Lars Lokke Rasmussen.
Fue la última de una serie de derrotas políticas en los países europeos a raíz de la crisis.
Rasmussen tenía previsto presentar su dimisión formal el viernes, abriendo el camino para que la socialdemócrata Thorning-Schmidt intente formar un gobierno y se convierta en primera ministra, la primera mujer en asumir ese puesto en Dinamarca.
El bloque Rojo de Thorning-Schmidt obtuvo una escasa mayoría de cinco escaños, según los resultados preliminares, en el Parlamento danés, formado por 179 diputados. La participación fue alta, de un 87,7 por ciento.
Los analistas no dudaron de su capacidad para forjar un gobierno de coalición, pero preveían dificultades para que funcionara.
"Con una base parlamentaria que consiste en partidos con profundas disputas mutuas sobre las cuestiones más importantes de la sociedad, la victoria electoral de la noche pasada podría convertirse en un triunfo de corta vida para Thorning-Schmidt", dijo el diario Berlingske.
Una complicación importante es el hecho de que los dos grandes ganadores de la noche fueron la Alianza de los Rojiverdes de extrema izquierda y los social-liberales de centro.
Ambos apoyan a Thorning-Schmidt, pero coinciden en poco más. Los propios socialdemócratas de Thorning-Schmidt perdieron terreno y serán el segundo partido de mayor tamaño tras los liberales de Rasmussen.
"Ese es el cambio político", dijo Jorgen Elklit, analista político de la Universidad de Aarhus. "Por supuesto, llevará días, quizás semanas formar un gobierno".
LA ECONOMÍA, POR DELANTE
La economía será la primera de sus tareas. La plataforma incluyó temas como el gasto, subir los impuestos a los ricos y un plan inusual para hacer que todo el mundo trabaje doce minutos más al día. Una hora extra cada semana, según argumenta su grupo, ayudaría a acelerar el crecimiento económico.
Nordea, el mayor banco de la región nórdica, dijo en una nota a los clientes que el cambio de guardia en Dinamarca podría resultar en un aumento del gasto público.
Dinamarca ha sido ajena a buena parte del trauma sufrido por otros países del oeste de Europa, porque está fuera de la zona euro. Eso significa que no participó en el rescate de países como Grecia, un tema que ha generado un gran descontento entre la opinión pública en la vecina Alemania.
Pero la crisis económica ha convertido el saludable superávit danés en déficit, que se prevé que suban al 4,6 por ciento del PIB el año próximo.
Dinamarca es el último país europeo que registra un cambio de gobierno en parte por el impacto de la crisis económica. Irlanda, Reino Unido, Portugal, Finlandia y Holanda han registrado cambios.