El diálogo EEUU-China se centra en los derechos humanos
Las reuniones, que cubren temas económicos y diplomáticos, buscan gestionar, si no resolver, las frecuentes diferencias políticas entre las dos mayores economías del mundo.
Ambas partes prometieron usar las conversaciones con ese fin y el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, planteó rápidamente sus preocupaciones sobre la campaña contra los disidentes en China.
"Estamos en rotundo desacuerdo en el área de derechos humanos", dijo Biden al comienzo de la cumbre, conocida como Diálogo Estratégico y Económico.
Los derechos humanos en China se han convertido en un tema complejo en los últimos meses debido a las maniobras de Pekín para suprimir la disidencia, vistas como un intento por prevenir la clase de agitación vista en Oriente Medio y el norte de África.
Desde febrero, China ha detenido a decenas de disidentes y activistas de los derechos humanos.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, expresó públicamente su desacuerdo con las medidas, y un funcionario estadounidense dijo que ella había sido "muy franca y honesta" en discusiones privadas sobre la materia con el consejero estatal chino Dai Bingguo.
En una reunión en la Casa Blanca con los líderes de la delegación china, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó a Pekín a respetar la libertad de expresión, religión y el acceso a la información.
Los líderes de China dicen que las quejas de Estados Unidos sobre su historial de derechos humanos son una intromisión ilegítima.
ECONOMÍA
En el tema económico, Washington presionó a China en temas familiares, diciendo que Pekín debe dejar que su moneda, el yuan, se aprecie más rápidamente y haga más por estimular la demanda doméstica.
Pero funcionarios estadounidenses también dieron la bienvenida a reformas realizadas por China y admitieron que el presupuesto estadounidense necesitaba ajustes.
El viceprimer ministro chino, Wang Qishan, dijo que aunque la economía global está cobrando fuerza lentamente, "la situación sigue siendo complicada y cargada de incertidumbres".
El terremoto de Japón, el exceso de liquidez en los mercados mundiales de dinero y disturbios en Oriente Medio "han dañado seriamente la confianza en los mercados", señaló Wang.
A esta altura del próximo año, se espera que ambos países estén enfocados en sus políticas domésticas cuando la campaña para la elección presidencial estadounidense se intensifique y comience el proceso para elegir al sucesor del presidente chino, Hu Jintao.
Eso sumó ímpetu a las conversaciones sobre formas de suavizar áreas potenciales de controversia antes de que la atención de los diseñadores de políticas se distraigan por asuntos internos.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, reconoció que Washington debe controlar sus deudas, pero también renovó un llamamiento para que China sea menos dependiente de las exportaciones y desarrolle más el mercado interno como motor del crecimiento.
Wang, que co-preside las charlas económicas junto a Geithner, advirtió que toma tiempo corregir desequilibrios económicos e insinuó que Estados Unidos tenía más por hacer que China.
"La clave a una recuperación económica mundial recae en Estados Unidos", dijo Wang. "Estamos complacidos en notar que la economía estadounidense está mejorando gradualmente y la economía china como un todo está en buena forma", agregó.
China, el mayor tenedor de deuda estadounidense, está preocupado de que sus vastas reservas en dólares podrían sufrir por el debilitamiento del billete verde.
Pero se abstuvo de criticar abiertamente las políticas monetarias y de presupuesto de Washington, que según ha dicho en el pasado están debilitando al dólar.