Chile teme que la burbuja del litio acabe igual que la del salitre en 1930
- La industria teme que se encuentre un sustituto más barato y eficiente
Bloomberg
A día de hoy, parece que el litio va a ser uno de los minerales que van a protagonizar el futuro. Los países que son ricos en este mineral (muy usado en las baterías eléctricas) están viendo como las inversiones llaman a la puerta, generan empleo y riqueza. Chile es uno de estos países, aunque el litio es sinónimo de ilusión, también recuerda a otro boom que dejó la economía del país destrozada: el duro final del monopolio del salitre entre 1884 y 1930.
Los pueblos fantasmas en el norte de Chile son un doloroso recuerdo de la era en la que el país fue relegado, casi de la noche a la mañana, como el mayor productor mundial de fertilizantes de salitre. En la actualidad, los edificios en ruinas y las plantas oxidadas son una señal para las empresas mineras que emprenden una fuerte expansión en el negocio del litio.
Los precios del litio se han triplicado en tres años, lo que ha desencadenado una carrera por encontrar un material que sustituya a este mineral tan relevante para la fabricación de baterías para una gama de productos que van desde vehículos eléctricos hasta teléfonos móviles.
Mientras que investigadores de instituciones como el Departamento de Energía de Estados Unidos y la Universidad de Stanford trabajan a destajo para encontrar una alternativa química, los ejecutivos mineros locales recuerdan (y temen) que el auge y caída que sufrió Chile en el pasado a menudo resuena en sus mentes.
Aunque las grandes firmas chilenas creen que el negocio del litio "continuará por un tiempo", Patricio de Solminihac, gerente de una gran minera, reconoce que siempre es necesario estar atento al próximo gran desarrollo. La naturaleza de las tecnologías disruptivas implica que "salen de la nada y se desarrollan increíblemente rápido", explica.
El caso del salitre
Eso es lo que sucedió a principios del siglo XX, cuando científicos alemanes inventaron un fertilizante sintético que podía producirse a un coste mucho menor que el salitre que Chile exportaba a todo el mundo. Los precios del salitre cayeron y en la década de 1930, la economía de Chile colapsó cuando las mineras quebraron.
El gobierno incumplió el pago de la deuda externa, la agitación social obligó al presidente a huir al exilio y los campamentos mineros que alguna vez rugían en el desierto de Atacama se convirtieron en pueblos fantasmas, desmoronándose bajo la inclemencia del sol y el viento.
Si bien el litio hoy en día no es el eje de la economía de Chile (ese sería el cobre), las empresas mineras están expandiendo fuertemente la producción. Chile cuenta con las mayores reservas de litio del mundo y se estima que posee el 47% de las reservas mundiales. Lo siguen China y Australia, con alrededor del 20% y el 17% de las reservas, respectivamente.
La industria se ha disparado a medida que más consumidores tienen acceso a vehículos eléctricos y dispositivos de almacenamiento de electricidad. Los productores ya están luchando por satisfacer la demanda. A futuro, el mercado se mantendrá ajustado ya que se estima que la demanda de litio aumentará un 12% anual en las próximas dos décadas, según la consultora de litio con sede en Santiago SignumBOX.
Vincent Sprenkle, gerente de investigación del Pacific Northwest National Laboratory del Departamento de Energía de EEUU, cree que un sustituto podría desarrollarse dentro de cinco años para ayudar a satisfacer esa demanda. Llevaría unos años más para que sea comercial.
"En el pasado, el espacio de tiempo entre el momento de la invención y su aplicación comercial ha sido de décadas", comenta por teléfono desde Richland, Washington. "Pero con todo el esfuerzo que se está colocando en el desarrollo de baterías ahora, esto podría suceder más rápido de lo que hemos visto normalmente".
El gran apetito de las mineras
Eso no ha mermado el apetito de las mineras por nuevos grandes proyectos de litio. Este mes, Tianqi Lithium, de China, anunció que se convertirá en el segundo mayor accionista de SQM en un acuerdo de 4.100 millones de dólares.
SQM invertirá 525 millones de dólares para prácticamente cuadruplicar la producción en sus operaciones chilenas para principios de 2021, y Albemarle, con sede en EEUU, invertirá 500 millones de dólares este año para expandir sus operaciones en Chile y China y construir una nueva mina en Australia.
En general, la industria requerirá una inversión de capital de alrededor de 10.000 millones de dólares en la próxima década para satisfacer la demanda, señalaba el mes pasado De Solminihac a los accionistas.
"A menudo preguntamos a los expertos qué venderá después en el mundo de las baterías y dicen baterías de litio avanzadas, que aumentan la cantidad de litio", comenta David Klanecky, vicepresidente de la división de litio de Albemarle. "Creemos que tenemos un futuro brillante frente a nosotros".
Gran parte de la inversión se concentra en el mismo desierto que fue el epicentro del auge salitrero de Chile. Los camiones que transportan el litio en bruto desde los salares hasta las plantas de procesamiento viajan al lado de las viejas líneas férreas que solían llevar el salitre a los puertos. Lo que queda de los pueblos fantasmas, a menudo solo grupos dispersos de paredes de ladrillo o las siluetas de las casas que aún no han colapsado, se puede ver desde la carretera.