Materias Primas

El oro se toma un respiro antes del asalto final



    El metal precioso resume por sí solo las tremendas incertidumbres que nos transmite la renta variable a medio plazo

    ¿Puede entrar en subida libre el oro? Miren el primer gráfico que adjuntamos abajo. El metal precioso acumula una subida de 80 dólares en tres semanas, ha superado su máximo de julio y tiene a tiro su máximo histórico de 835 dólares de enero de 1980. Imparable, al menos si nos fijamos en la curva desde los años 80.

    Pero el segundo gráfico nos cuenta una historia distinta: ahí se trata del precio del oro desde los años 70. Vemos cómo toda la subida se hizo en esa década, antes de que el oro bajara de forma abrupta en 1981-1982 y luego entrara en un 'megamercado' lateral-bajista hasta los mínimos de 2000. 2001 marcó el inicio de un nuevo ciclo alcista que ha llevado al metal dorado en los últimos días 100 dólares por debajo del máximo de 1980.

    Entendemos que ahora la fuerza del oro, en un entorno todavía preocupante para la renta variable, es una tentación enorme para cualquier inversor que busque cómo bajar el riesgo de su cartera. Pero entrar ahora en el metal precioso podría ser un error fatal para quien trabaja los mercados a muy largo plazo.

    El momento estelar del oro desde 2003 se explica por la convergencia de cuatro tendencias, todas alcistas: la entrada de los 'hedge funds', que aprovecharon las condiciones de crédito para apalancar sus posiciones en materias primas; la fuerza de la demanda de oro de los paises emergentes (familias y bancos centrales); la depreciación del dólar; y, finalmente, la búsqueda de un refugio ante la amenaza inflacionista.

    De estos cuatro 'pilares' de la tendencia, es común destacar el papel dominante del dólar, que mantiene una correlación negativa con el oro (baja el oro y sube el dólar, o sube el oro y baja el dólar –ver el tercer gráfico) a muy largo plazo. Pues bien: fíjense en el último gráfico, que refleja el oro en unidades de dólares. No tenemos una curva plana, sino un gráfico que reproduce de forma más atenuada el precio del oro tal como lo conocemos. Eso nos muestra que el dólar no es la única fuerza que impulsa al oro.

    Fíjense también hasta qué punto el gráfico no lanza un mensaje de cautela para quien sigue la teoría de la opinión contraria: estamos tocando el máximo histórico del oro 'real' – es decir el ratio entre el oro y el dólar - con un billete verde en mínimos históricos, un consenso de mercado tremendamente alcista y una burbuja especulativa perjudicada por los efectos indirectos de la crisis subprime. Incluso si se mantiene una fuerte demanda de los países emergentes, no es el mejor entorno para el metal precioso; al menos, hasta que el dólar no rompa sus mínimos históricos frente a todas las divisas.

    En otras palabras, es probable que dólar y oro sigan yendo mano a mano y que la entrada histórica del metal precioso en subida libre no se produzca sin una crisis también histórica del billete verde. Es algo que podría marcar el Armageddón de la renta variable, o la batalla final entre Dios y el diablo según el libro de la Revelación.