La concepción de una Escuela de Negocios debe ser mejorar la naturaleza del trabajo directivo, siendo un directivo aquella persona que gobierna la acción de otras personas para alcanzar metas y es consciente y responsable de las consecuencias que se derivan de dicho gobierno. Para desarrollar dicha concepción no podemos olvidar que la empresa es, fundamentalmente, un asunto de personas y que el entorno se está desarrollando en un marco competitivo que está referenciando nuevas formas de hacer las cosas, donde el talento y la innovación han pasado a ser factores estratégicos decisivos. La actual relación de valor entre empresa y directivo se está conceptualizando bajo criterios nuevos y diferentes a los tradicionales. De esta manera, sobre las competencias básicas de conocimiento, liderazgo, visión global, capacidad de toma de decisiones y trabajo en equipo, la empresa, además, necesita hoy de directivos que interioricen los siguientes cinco valores :1.- La necesidad de aceptar el concepto de valor. A medio plazo, una empresa no puede estar soportando un coste mayor por un puesto de trabajo si éste se puede obtener en cualquier otro lugar del mundo en condiciones económicas más ventajosas. Hasta la fecha, la deslocalización ha afectado a la producción, pero no olvidemos que, además, todo lo que puede digitalizarse puede deslocalizarse : los departamentos que no sean capaces de sostener la ecuación coste-valor serán externalizados o deslocalizados. 2.- Comprenda a los Downshifters.Las personas que se incorporan a la empresa ya no son como los yuppis. Los jóvenes talentos no se mueven por la obediencia, ni por la lealtad sin límites. Hoy los equipos se gobiernan desde la ilusión. Y hay que aceptar que esto es lo que hay, y así son las nuevas personas que tenemos que dirigir en la actualidad.3.- Piense en global. En tercer lugar, la internacionalización supone un gran esfuerzo porque mientras que la mayoría de las experiencias que tenemos son locales, las empresas precisan de directivos con una mentalidad global para tomar sus decisiones. Hoy, el mundo es el lugar donde vivimos y cualquier cosa que en él pase, nos afecta.4.- Preparado para cambiar. Recuerdo que en los años 90 del pasado siglo las empresas precisaron a sus directivos hacer un cambio para adaptarse a la nueva situación. Hoy, lo que se requiere es una mentalidad de adaptación continua a las necesidades del mercado, a las nuevas tecnologías y a las nuevas condiciones competitivas. Hemos pasado de prepararnos para una transformación a que ésta sea parte de nuestra vida cotidiana. Aquel famoso lema: "descongelar, moldear y congelar" habría que cambiarlo por "mantenerse en semi-frío". En este sentido, la planificación tradicional puede llegar a ser un instrumento peligroso, ya que, en la actualidad, lo fundamental es la capacidad de innovar sobre lo ya planificado.5.- A medio plazo, su misión en la empresa es más importante que sus objetivos. Y en quinto lugar, las empresas precisan de directivos que alcancen los objetivos, pero sobre todo necesitan que sean personas con valores y competencias capaces de desarrollar con talento la misión encomendada. A lo mejor, algunos bancos americanos están lamentando haber alcanzado sus objetivos de hipotecas y no haber seleccionado mejor sus operaciones. Creo que la dirección por objetivos se queda corta en este siglo XXI y,tal vez, sea la dirección por misiones la nueva forma de dirigir.Por motivos lógicos de espacio no he podido extenderme en cada punto, pero sirva esta pequeña aproximación como referencia de los nuevos valores que una Escuela de Negocios debe trabajar y contemplar, añadiéndolos a las competencias básicas que habitualmente se trabajan en la formación de directivos de este principio de siglo.