Casa Mira, elaborando turrón artesanal desde 1855
- Negocio familiar y centenario en pleno Madrid de los austrias
Eva Ramírez
Luis Mira, maestro turronero originario de Jijona, decidió probar suerte en Madrid hace 157 años. Dicen que tuvo que reiniciar hasta cuatro veces su viaje porque el cargamento de turrón que portaba se vendía antes de llegar a la capital. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Madrid
Ya en Madrid y gracias a su espíritu emprendedor se convirtió en el proveedor oficial de la Casa Real, desde Isabel II hasta Alfonso XIII. Empezó vendiendo su producto en un puesto en la Plaza Mayor para posteriormente establecer su centro de trabajo y venta en la Carrera de San Jerónimo: "Nos situamos muy cerca de la Puerta del Sol, de la Plaza Mayor, del Museo del Prado y del Congreso de los Diputados. En un punto excepcional ya que muchísima gente, tanto madrileños como turistas, recorren estos lugares y es difícil que no pasen por nuestra tienda", explica su actual gerente, Carlos Ibáñez Méndez, tataranieto del fundador y sexta generación de la familia Mira.
Modelo hereditario
Luis Mira tuvo cinco hijos, cuatro mujeres y un varón. Este último falleció antes de heredar el negocio, motivo por el cuál el apellido original se perdió. Carlota Mira, la mayor de las hijas se hizo cargo del negocio junto a su marido, Vicente Ibáñez, hasta que pasó a manos de su hijo, Carlos Ibáñez, quien se casaría con Ángela Cremades.
Más tarde y ya en el siglo XXI, el hijo de ambos, con el mismo nombre que su padre, se pondría al frente de la tienda para posteriormente cederle el testigo a su actual encargado de tan sólo 23 años: "Tanto mi abuela como mi padre me criaron con el fin de que siguiera sus pasos. No tuvieron que esforzarse mucho, ya desde niño tenía claro que quería seguir con el negocio", declara.
Llevan más de 160 años utilizando la misma fórmula: el uso de materias primas de primera calidad para elaborar turrones totalmente artesanales, que según afirman: "Son los mejores turrones de España". Entre sus especialidades están, como no podía ser de otra manera, el de Jijona, el de Alicante, o el de yema quemada.
Decoración de la tienda
La decoración de la tienda también conserva la esencia de antaño: paredes de caoba decoradas con espejos e inscripciones que reflejan su esencia; techos de escayola con motivos florales y algo muy especial, el retrato de Luis Mira que corona la estancia y que sirve para dar la bienvenida a los numerosos clientes. Las legendarias delicias se presentan tras cuidadas vitrinas de cristal, entre ellas, además de productos típicos navideños, se encuentran las tradicionales peladillas, piñones, glorias, marrón glacé o yemas de nuez.
"Queremos seguir trabajando como hasta ahora. Lo tradicional y lo natural nos definen por eso no queremos olvidar quiénes somos ni de dónde venimos", concluye Carlos Ibáñez.