La defensa de las activistas de Femen niega que profanaran la Catedral de la Almudena
La Fiscalía pide nueve meses de prisión por un delito contra los sentimientos religiosos porque actuaron "con ánimo de ofender a los feligreses" y faltaron "al respeto debido a un lugar de culto".
No lo entiende así el letrado de las acusadas, Endika Zulueta, quien explica que "el ánimo que movió su acción obviamente no era la ofensa religiosa sino el fomento el debate social" sobre la reforma de la Ley del Aborto "realizado en un lugar de evidente simbología".
Lo hicieron "con formas ya utilizadas por antiguos movimientos feministas -utilizando el cuerpo como vehículo para su mensaje- consiguiendo así su repercusión internacional".
El letrado lamenta que "se les juzgue en el siglo XXI con normativa de la edad media" acusándolas de profanación con ofensa de sentimientos religiosos.
Una profanación, añade, que no la protagonizan las acusadas sino los poderes públicos respecto del derecho a la legítima protesta pacífica y a la libertad de expresión.
Según el relato de la Fiscalía, las activistas entraron en la catedral acompañadas por otras personas no identificadas, se dirigieron al altar mayor, se desnudaron de cintura para arriba y se encadenaron al crucifijo y permanecieron allí hasta que los policías acudieron y cortaron la cadena con una cizalla.
En sus torsos se leían expresiones como "altar para abortar", "Gallardón inquisidor", "aborto ilegal" o "tomemos el altar", según el escrito de la Fiscalía.
La petición del representante del Ministerio Público es inferior a la realizada por la acusación particular que ejerce la Asociación Española de Abogados Cristianos, que solicita para cada una de ellas dos años de prisión, mientras que la defensa reclama su absolución.