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La ambulancia tardó casi dos horas en atender al criminal que se suicidó en TPIY



    La Haya, 11 mar (EFE).- La ambulancia que atendió al criminal de guerra Slobodan Praljak, que se suicidó en el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia (TPIY) tomando un veneno, tardó una hora y 43 minutos en llegar a pesar de que los servicios médicos holandeses fueron avisados inmediatamente, según un informe publicado hoy.

    El Mecanismo para los Tribunales Internacionales (MICT), institución heredera del TPIY, ha plasmado en ese documento algunas deficiencias de seguridad que se sucedieron aquel 29 de noviembre, cuando el exgeneral bosniocroata ingirió cianuro tras escuchar la confirmación de su condena a 20 años de cárcel.

    Praljak dijo entonces que había tomado veneno y se quedó a los pocos segundos sin aliento. El juez que presidía la vista, Carmel Agius, se vio obligado a suspender la sesión, momento en el cual se puso en alerta a los servicios médicos holandeses.

    Un doctor y una enfermera del TPIY presentes en la corte entraron en la sala nada más ser solicitados y, cuando Praljak perdió la consciencia, utilizaron un desfibrilador y una bombona de oxígeno para practicarle técnicas de reanimación.

    Un equipo holandés de auxiliares médicos llegó a las puertas del tribunal las 11.51 de la mañana hora local (10.51 GMT), doce minutos después que Praljak tomara el veneno, pero se quedaron allí esperando casi media hora, algo que extrañó a los presentes.

    Según el informe del MICT, la demora se debió a un protocolo de seguridad holandés, por el cual los bomberos deben acceder antes que los equipos paramédicos a un lugar donde se haya producido un incidente relacionado con un veneno.

    Una vez llegaron los bomberos, el personal sanitario también entró y estuvieron más de una hora practicándole técnicas de reanimación.

    La ambulancia llegó a las 13.22 horas (12.22 GMT), constata el informe, una hora y 43 minutos después que Praljak tomara el cianuro, lo que pone en evidencia la poca celeridad con la que actuaron los servicios de urgencia holandeses.

    El vehículo lo llevó a un hospital que se encuentra a sólo tres kilómetros del tribunal, pero poco pudieron hacer allí por su vida. El exgeneral serbocroata fue declarado muerto a las 13.48 horas (12.48 GMT).

    Su fallecimiento causó conmoción en Croacia, donde buena parte de la población lo considera un héroe de guerra, y se organizaron varios homenajes póstumos.

    La propia presidenta del país, Kolinda Grabar-Kitarovic, criticó al tribunal y aseguró que el final de Praljak "sacudió los corazones del pueblo croata".

    Sin embargo, el TPIY declaró probado que el exgeneral provocó desplazamientos forzosos de la población durante la Guerra de Bosnia, dio órdenes de asesinatos y saqueos, y obligó a muchos detenidos a trabajos forzados, entre otros delitos.

    Las autoridades del tribunal esperan que la investigación en curso de la Fiscalía holandesa arroje más luz sobre cómo consiguió el cianuro.

    El informe del MICT destacó que "lo más probable" es que lo obtuviera durante uno de los encuentros que mantenía habitualmente con familiares y amigos en el Centro de Detenciones de Naciones Unidas, a unos pocos kilómetros del TPIY, pues los visitantes no eran sometidos a cacheos.

    Praljak sí debía ser inspeccionado después de las visitas, pero nunca le exploraban las "partes privadas", circunstancia subrayada por el MICT para concluir que posiblemente lo llevó oculto de esa manera hasta su celda, donde supuestamente lo escondió.

    Los funcionarios de la prisión inspeccionaban ocularmente los calabozos a diario, pero rara vez investigaban a fondo qué podían esconder allí los presos, algo que Praljak sabía perfectamente porque había estado detenido desde 2004.

    El informe también considera "muy probable" que Praljak colocara otra vez el pequeño recipiente con el cianuro en sus "partes privadas" la mañana del 29 de noviembre, durante el traslado desde Centro de Detención hasta TPIY.

    Une vez cacheado habría aprovechado una visita al lavabo, el único momento en el que no se encontraba bajo estricta vigilancia, para colocar el veneno en el bolsillo del pantalón, de dónde lo sacó para ingerirlo en la sala de audiencias.

    "Si hubiera sido registrado (después de ir al baño), es probable que el recipiente y la sustancia hubieran sido detectadas", añade el informe.

    David Morales Urbaneja