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La Guardia Civil recupera más de 200 galgos robados y detiene a 40 personas
Los detenidos robaban perros de caza de excelentes cualidades para la competición, apuestas ilegales o la venta, mientras que los animales menos aptos eran sacrificados o utilizados como "sparring" para entrenar a otros perros de pelea.
Para eludir los controles, la organización retiraba el microchip original por medio de un pequeño corte en la oreja de los galgos sustraídos e implantaba un microchip de otro perro legalmente adquirido por la banda y que tuviera características morfológicas similares.
Antes de robar a los animales, la organización contaba con "ojeadores" que se desplazaban a ferias, concursos y mercados, donde seleccionaban a los mejores perros.
Una vez marcado el objetivo, los ojeadores intentaban realizar la compra, pero ante la negativa de sus propietarios, recababan los datos necesarios para el seguimiento y localización del perro, con el fin de sustraerlo.
Para cometer el robo, no dudaban en emplear la fuerza y en algunos casos intimidaban a los dueños para que no denunciaran el hecho.
En los días posteriores al robo, los animales eran escondidos por otro grupo de personas que, a cambio, recibían parte de los cachorros que nacían del cruce de los perros de competición sustraídos.
En las operaciones "Harry" y "Clavijo", iniciadas en Cuenca y Zamora y que se han extendido a otras provincias de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía, Extremadura y Madrid, los agentes se han incautado de dos armas cortas, una carabina, una escopeta de cañones recortados y una escopeta con la numeración borrada.
En los 48 registros realizados, los agentes han encontrado también más de 300 documentos caninos, microchips y jeringuillas de uso veterinario.